José María Marín Quemada, presidente de la CNMC, considera que la economía está cambiando a gran velocidad y que "hay que adaptarse, también los reguladores".
Desde la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMV) han detectado tres fenómenos que afectan al mundo de los negocios: economía digital, la digitalización de la economía tradicional y la internacionalización del mundo de los negocios y de las actividades económicas, ha explicado Marín durante su intervención en la clausura del curso de verano "¿Qué hemos aprendido de la crisis?", de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander. Allí también ha dado tres ejemplos de sectores que han cambiado y cambiarán de manera especial por la transformación digital: los libros, el taxi y la banca.
Marín ha hecho una reflexión sobre las voces que llaman a prohibir la actividad de algunas empresas basadas en la economía colaborativa: "si algo nos preocupa, vamos a prohibirlo. ¿Sí? ¿Cuánto tiempo? ¿Un día, una semana?", antes de recalcar que "no es sensato prohibir apartamentos turísticos en Canarias", como ejemplo de la necesidad de "adaptarse rápido" a lo que ha llamado "economía disruptiva", en lugar del calificativo habitual (colaborativa).
También ha afirmado no entender "por qué los taxistas nos vienen a tirar huevos y piedras a la fachada de nuestro edificio", situado en el centro de Madrid desde la constitución de este organismo, en 2013. En gremio del taxi no está de acuerdo con la posición de la CNMC sobre empresas como Uber, ya que aboga por permitir que operen con normalidad, pero bajo una regulación que sea "compatible con pagar impuestos" y cumplir normas relativas a seguros y salubridad, según ha explicado Marín.
Sin embargo, piensa que "un sistema de competencia razonable requiere muy poca regulación" porque "los excesos de regulación estorban y cargan a la economía", y ha explicado que "cuando tenemos un exceso de regulación, tenemos básicamente un mensaje de falta de competencia".
Marín ha aludido al "duopolio" que existe entre Mediaset y Atresmedia, del que ha dicho que en la CNMC "nos inquieta", y ha afirmado que quieren una televisión pública sin publicidad, pero que no esté financiada con cargo a los Presupuestos Generales del Estado.
"Me va el desafío"
Sobre la Institución que preside, que se justifica por "los excesos del mercado", ha reconocido que "no es fácil" dedicarse a ello, algo que, precisamente, lo hace “absolutamente apasionante", y ha contado a los asistentes cómo los primeros meses que estuvo al frente del cargo los dedicó a explicar a la opinión pública, a las empresas y a los políticos en qué consistía el organismo recién creado. Ahora afirma sentir "mucho apoyo" de la sociedad, aunque ha lamentado "no tener la suerte de haber tenido un gobierno que haya apoyado la política de retención del talento" en este organismo, ya que "muchos de los problemas con los que estamos conviviendo están en la debilidad de las instituciones", por lo que ha reclamado que la CNMC española tenga las mismas competencias que agencias similares en otros países del entorno europeo.
“Hay que utilizar más y mejor los avances tecnológicos”
Elvira Rodríguez, presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha abogado por la regulación del crowdfunding (financiación colectiva) durante su participación en la clausura del curso de verano “¿Qué hemos aprendido de la crisis?”, en Santander. Ha afirmado que este sector “es de altísimo riesgo” para estas empresas porque “invierten en lo que llaman unicornios” (empresas de reciente creación con potencial de crecimiento). Elvira, cuyo mandato vence en octubre, ha explicado que existen unas 30 empresas de este tipo en España, de las cuales 6 ya están autorizadas y 19 necesitan solucionar algunos problemas para conseguirlo. Se espera que para el mes de noviembre exista una regulación para estas plataformas que “casan inversores con los que demandan financiación”, según las ha definido durante su intervención en el acto.
De manera similar se ha expresado Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España, cuando ha hablado en el mismo foro sobre las fintech, “empresas del sector tecnológico que han identificado elementos en la cadena de valor”. Estas compañías, en su mayoría start-ups, están poniendo en jaque el negocio bancario, aunque muchos de los directivos de banca que han pasado durante esta semana por Santander han afirmado no sentirse amenazados por el potencial poder que podrían acaparar en el futuro y el propio Restoy ha reconocido que el desarrollo de estas empresas en España “todavía es moderado”. La única preocupación hasta el momento es conocer “la repercusión de las fintech sobre los bienes públicos”.
No obstante, la transformación digital ha provocado, en palabras de Restoy, que España haya sido “uno de los países en los que más ha caído la densidad de oficinas [bancarias] por habitante”. Y es que la tecnología “permite mantener un modelo de negocio de proximidad sin que sea necesaria tanta presencia física”, ha explicado, añadiendo que las fintech “son un reto, pero también una oportunidad” para los bancos. “No se puede impedir la innovación. No se puede cercenar la competencia”, ha expresado.