La empresa de Elon Musk ha anunciado un prototipo para final de año y su intención de comenzar a utilizar este nuevo medio de transporte con mercancías.
Hyperloop está más cerca de dejar de ser un sueño del visionario Elon Musk para convertirse en el medio de transporte del futuro. Y es que la compañía ha anunciado la inyección de 80 millones de dólares en una segunda ronda de financiación, por lo que cuenta con unos 100 millones de dólares para desarrollar un prototipo que esperan tener listo para finales de año. Entre las empresas que han inyectado dinero al proyecto de Musk están General Electric o SNCF, la empresa nacional de ferrocarriles de Francia.
“La idea que era una luz tenue en el ojo de Elon Musk en 2013 será un prototipo a escala real a finales de 2016”, ha explicado Rob Lloyd, director ejecutivo de la compañía. “Cuando se demuestre el prototipo, todo el mundo se dará cuenta de que podemos resolver los problemas de congestión en las ciudades, podemos redefinirlas y podemos liberar terreno. Tiene mucha importancia”.
La compañía, consciente de los problemas regulatorios a los que se enfrenta para poder probar su tecnología con personas, ha anunciado que utilizaría una primera línea de Hyperloop para transportar contenedores entre un puerto y un centro de transporte. De este modo, confía en demostrar que su producto es viable y seguro, de manera que las Autoridades se presten a otorgarles permisos para implantar su tubo supersónico entre ciudades de Estados Unidos. La compañía ha realizado recientemente pruebas de su sistema y el resultado ha sido satisfactorio.
Hyperloop es un medio de transporte formado por un tubo sin aire o con aire a baja presión por cuyo interior circularían unos vagones en los que viajarían personas y mercancías a una velocidad cercana a la del sonido (la compañía estima una velocidad máxima de 1.100 kilómetros por hora, según algunos datos basados en los prototipos diseñados hasta el momento).
“Desde el punto de vista de la tecnología, estamos preparados para empezar a construir. El principal problema que tenemos es que no hay líneas de ferrocarril o de metro en el mundo que sean rentables, todas dependen de subsidios públicos”, explica Dirk Alhborn, presidente ejecutivo de Hyperloop. Un reto menor para un visionario como Elon Musk, que
sueña con conquistar Marte.