El proyecto Aracne, un primer estudio llevado a cabo por la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y BBVA, junto con la empresa Molino de Ideas, pretende analizar cómo ha cambiado el lenguaje en la prensa desde 1914 hasta 2014.
El proyecto ha prestado una atención especial a la riqueza lingüística. Al analizar 5.167 artículos de cuatro diarios centenarios (“LaVanguardia”, “El Heraldo de Aragón”, “El Norte de Castilla” y “Diario de Mallorca”), se ha constituido un corpus de casi dos millones de palabras, reunidas en una base de datos a la que se han aplicado varios índices que miden cuatro factores. Los fundamentales son la ratio entre el número de palabras distintas que aparecen en un texto y el número total de palabras, y esa misma ratio, pero teniendo en cuenta solo las palabras con carga semántica (sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios acabados en -mente).
También se han analizado para cada texto su densidad léxica (el porcentaje de palabras significativas que hay sobre el total) y la complejidad, calculada gracias a un programa que analiza cada texto y mide su dificultad en una escala de 0 (un texto muy complejo) a 10 (máxima sencillez).
La página web de Aracne ofrece una selección de recortes con las curiosidades históricas, lingüísticas y anecdóticas que han ido surgiendo durante la investigación. Se hacen eco, por ejemplo, de la desaparición de tratamientos como don, doña, señor, señora; la disminución del uso de superlativos o la constatación de que los términos más usados en las primeras décadas del siglo XX (trigo, fanega), apenas se utilizan en nuestros días.
La conclusión final a la que llegan las personas que han llevado a cabo esta investigación, es que la riqueza de vocabulario de los diarios analizados se mantiene “asombrosamente” estable a lo largo del tiempo. Es decir, que la idea de que los medios no solo son testigos, sino responsables del uso deficiente o poco variado que se hace de la lengua, no se ajusta en absoluto a la realidad.