1. El usuario elegirá dónde y cómo consumir contenidos. El trabajo de las empresas no será el de ofrecer contenidos que considere relevantes para su público. Las marcas se tendrán que limitar a ceder a los usuarios el poder de decidir dónde y de qué manera llegar a ellos.
2. Contenidos unificados y adaptados a cada pantalla. Nuevos dispositivos como los smartwatches supondrán un desafío para los editores. Aunque se multiplican las plataformas para publicar contenidos, éstos deberán formar parte de un ecosistema unificado y transversal de la marca.
3. Publicidad personalizada. El informe señala que la geolocalización proactiva a través de aplicaciones como Foursquare no tuvo el éxito esperado, pero las geovallas pueden ser la alternativa. Los coches conectados pueden funcionar muy bien como soportes publicitarios.
4. E-Salud. Si los usuarios dan masivamente su consentimiento, servicios como Google Fit y el Health Kit de Apple, o dispositivos como los relojes inteligentes, arrojarán datos cruciales para los sistemas de salud públicos.
5. Protección de la privacidad. La tendencia que conformó el panorama digital en 2014 tendrá su continuidad en 2015. Cada vez es más posible obtener datos de la audiencia que permiten a los profesionales ser más efectivos con ella, aunque no se puede traspasar el límite que suponga la vulneración de su derecho a la privacidad.
6. Moda digital. Además de los dispositivos vestibles, proliferarán los asistentes de compra y probadores virtuales. La fabricación de ropa personalizada gracias a la impresión 3D supondrá toda una revolución en este campo.
7. Política 2.0. La comunicación política abandonará el Congreso para instalarse en las redes sociales. La tendencia, que mostró su punto álgido durante las elecciones europeas, se potenciará en las autonómicas y las generales.
8. Tecnología para tecnófobos. Con la proliferación de dispositivos digitales, muchos usuarios necesitarán desconectar. Y lo harán gracias a tecnología desarrollada para ellos.