“En esencia, es como una fábrica doméstica en un único pack”. Así define la web “Gizmag” Squink, la nueva impresora 3D de BotFactory. Presentada en el Makercon de Nueva York, este prototipo cuenta con cabezales intercambiables que permiten, por un lado, imprimir un circuito con tinta conductora en materiales como el papel fotográfico, el plástico o el vidrio y, por otro, aplicar pegamento para colocar los distintos componentes.
El proyecto fue lanzado en la web Kickstarter y ya ha superado mediante crowdfunding los 100.000 dólares que necesitaban sus desarrolladores para ponerlo en marcha. Los usuarios que han realizado su donativo se han visto rápidamente atraídos por un dispositivo que les permitirá crear en pocos minutos, por el precio de un café, circuitos electrónicos en la comodidad de su hogar.
Los ingenieros que han desarrollado el proyecto aseguran que esta herramienta servirá para que cualquier persona pueda poner a prueba sus ideas de inmediato, sin que el proceso creativo se vea mermado por limitaciones técnicas. Los usos que pueden darse a esta tecnología van desde la integración de circuitos en obras de arte, a dispositivos vestibles, entre otros muchos. Las primeras unidades se pondrán a la venta a un precio que rondará los 3.500 dólares.