El Centro de Investigación Pew ha publicado un extenso informe en el que, para conmemorar el 25º aniversario de la creación de la World Wide Web, analiza qué consecuencias traerá la generalización de la conectividad gigabit.
Las conexiones gigabit, que entregan 1.000 megabits de información por segundo, empiezan a estar disponibles para la población en algunas zonas del mundo. La compañía AT & T ya ha anunciado que comenzará a construir redes gigabit en 100 ciudades de EE.UU. con el fin de mejorar una velocidad media de conexión que, en el país norteamericano, solo alcanzó en el primer trimestre de 2014 los 10,5 megabits.
Aún es pronto para saber con qué rapidez se extenderán este tipo de redes, teniendo en cuenta que algunos expertos aseguran que la falta de competencia está frenando la inversión en infraestructuras y que algunas empresas de telecomunicaciones consideran que las velocidades actuales son suficientes para el usuario medio. Pero lo que parece claro es que, cuando esta mejora en la conectividad sea una realidad, facilitará la innovación.
El Centro Pew ha querido conocer las opiniones de investigadores, analistas y expertos tecnológicos sobre las nuevas actividades y aplicaciones que aparecerán en la era gigabit, de aquí a 2025. Cabe destacar que solo un 14% de los encuestados consideraba que no se crearían nuevas aplicaciones con el aumento de la velocidad de Internet, frente a un 86% que cree que sí. Los avances que prevé este último grupo de expertos pueden parecer hoy ciencia ficción, pero es muy posible que en unos años formen parte de nuestro día a día:
--Teletrabajo: la industria del transporte y las compañías de viajes sufrirán la reducción del número de traslados de empleados que "enviarán" a su avatar a las reuniones.
--Salud: Seguimiento médico desde el nacimiento. Predicción de enfermedades al conectar con personas con un ADN similar, lo que posibilitará la prevención frente al tratamiento. Telecirugía.
--Educación: Habrá aplicaciones que suministren información relevante en cada contexto y nuestra mente se pueda centrar en la creatividad y el pensamiento crítico. En el aula, el profesor experto perderá importancia frente al profesor-entrenador y cada niño recibirá una formación según su capacidad de aprendizaje.
--Entretenimiento: será posible practicar deportes o tocar instrumentos de forma virtual. Dar una clase de golf con un entrenador a distancia que realiza correcciones en tiempo real. La realidad aumentada posibilitará vivir la experiencia de viajar en autobús a Estambul un sábado por la tarde desde tu sofá. Los juegos se integrarán en nuestro día a día y nacerán nuevos tipos de entretenimiento, incluyendo otros medios de comunicación social.
--Vida cotidiana: ¿Tienes una cena con la familia y no puedes (o no quieres) asistir físicamente? Nadie notará tu ausencia gracias a Internet. La telepresencia hará que aflore un verdadero sentimiento de “estar ahí” debido al aumento de la calidad del vídeo y el audio y la posibilidad de estar siempre en “modo on”. Los usuarios también podrán proyectarse en más de una presencia a la vez a través de representaciones holográficas.
Otras novedades serán el poder usar ropa a medida cada día facilitada por impresoras 3D o tener acceso a dietas personalizadas que tengan en cuenta nuestra genética o actividad diaria.
Instituciones: la naturaleza global de la conectividad podría fomentar una economía mundial integrada, restando poder a las naciones y los gobiernos. La burocracia funcionaría más eficazmente. La colaboración sería total tras eliminar las barreras espacio-temporales.
Internet de las Cosas: los sensores, monitores y bases de datos interactuarán constantemente. El mayor crecimiento en la capacidad de comunicación a distancia serán las relaciones de máquina a máquina.
Finalmente, los expertos advierten de que, debido a que el incremento en el ancho de banda no se realizará de manera uniforme, la brecha digital se ampliará dependiendo de si los individuos tienen acceso a la tecnología o no.