La directora del Equipo de Confianza y Seguridad de Twitter, Del Harvey, asistió al TED de Vancouver para hablar sobre las fórmulas que están desarrollando para proteger a más de 240 millones de usuarios de los peligros a los que se exponen en una red social tan poderosa.
Para entender la magnitud del desafío, Harvey comenzó señalando que en tan sólo 5 años, Twitter ha pasado de registrar una actividad que alcanzaba los 2 millones de tweets diarios a los 500 millones que envían los usuarios en la actualidad. Esto supone un crecimiento del 24.900%.
Harvey asegura que el 99’999% de esos mensajes son inofensivos, pero su trabajo consiste en erradicar y prevenir esa pequeña proporción, una posibilidad entre un millón, de que aparezca cualquier tipo de actividad que represente un peligro para alguna persona.
¿Por qué invertir entonces tanto tiempo y dinero en buscar estas amenazas, que ascienden a 500 al día, unas 150.000 al mes? Para Twitter se trata de un tema capital. Y a Del Harvey y su equipo se les ha encomendado la misión de salvaguardar por encima de todo la seguridad de sus usuarios.
La directora aseguró que no es fácil en muchos casos entender el contexto de un tweet, ya que ciertas palabras pueden tener muchos significados. Un ejemplo de esta problemática es el siguiente mensaje que tuvo que analizar: “yo bitch”. ¿Cómo interpretar este tweet? ¿Es un insulto o una referencia a la serie de televisión “Breaking Bad”? Cada persona utiliza esta expresión con una intención diferente. Incluso descubrieron que también es la fórmula que tienen los twitteros de usar su cuenta en el rol de un perro. Sin conocer todos estos detalles, el trabajo del equipo se complica.
Otro problema al que se enfrentan es el spam: el envío del mismo mensaje a miles de personas una y otra vez. La solución parece ser sencilla: crear un algoritmo para bloquear las cuentas que lleven a cabo esta acción. Pero no es tan simple. Ese mensaje, por lo general, es un spam, pero también podría ser una notificación de la NASA para informar a los usuarios de que la Estación Espacial Internacional pasará por su ciudad. O un usuario que quiere denunciar con un vídeo la brutalidad policial y se lo manda a todos los medios de comunicación. Si se vetan cuentas sólo porque realizan envíos masivos de mensajes, miles de usuarios podrían perder la oportunidad de acceder a información importante. “Y nosotros no queremos arriesgarnos a silenciar potencialmente ese discurso”, asegura.
Entonces, ¿de qué manera se puede predecir lo inesperado? Diseñando protecciones. Y para ello es fundamental agudizar la capacidad para visualizar catástrofes. Pensar en lo peor permite prever incluso los sucesos más imprevistos. Una foto de un gato en principio resulta inofensiva. Pero cuando contiene datos geográficos se puede convertir en peligrosa. Por eso en Twitter han decidido que no se revele la ubicación exacta de los usuarios.
A pesar de que el trabajo de Harvey podría hacer que su visión del mundo fuera sombría, asegura que leyendo diariamente miles de tweets se ha dado cuenta de que la gran mayoría de las interacciones son positivas. Los usuarios se limitan a conectar con otros, ayudarles y compartir cualquier tipo de información con ellos. Pero Twitter quiere proteger a sus usuarios ante esa posibilidad entre un millón. Asumir que lo peor puede suceder para poder garantizar su seguridad y proteger sus derechos.