Si hay un concepto profundamente arraigado en la industria periodística es la definición de noticia. Nada hay más sagrado y que haya permanecido más imperturbable que ese producto que las redacciones elaboran a diario para atraer a los lectores.
En la era digital, los medios de comunicación han tenido que replantearse sus modelos de negocio, sus fuentes de financiación y su manera de trabajar. El siguiente paso será el de redefinir el papel que desempeñan sus productos en un mundo dominado por Internet.
Steve Gray, director de estrategia e innovación en Morris Communications, señala en un artículo publicado en “INMA” que la definición necesita desesperadamente un cambio si los medios quieren continuar siendo relevantes y que a los usuarios les sigan pareciendo valiosos sus contenidos.
Todos los días se siguen elaborando noticias muy similares a las que se producían en la era pre-Internet, pensadas para adaptarse a los periódicos, un producto finito, de impresión diaria y que debía ofrecer contenidos interesantes para el mayor número de personas. El problema es que ahora el usuario tiene acceso a toda la información que desee de forma directa, a cualquier hora y en cualquier lugar, mientras que el concepto de lo que es noticia permanece inalterable.
Las necesidades de los clientes han cambiado y el producto original ya no se ajusta a ellas. Aunque aún hay personas que consumen las noticias tradicionales, la mayoría ha sustituido estos contenidos por la información que para ellos resulta más relevante personalmente.
Por lo tanto, los profesionales del periodismo han de esforzarse en conocer a su audiencia y qué es realmente lo que le interesa. Ponerse en su piel y consumir el contenido que ellos consumen, visitar las webs que ellos visitan y, en función de esa experiencia, ofrecerles lo que buscan, que ya no se corresponde con la concepción tradicional de lo que es noticia.
Para Gray, esto supone iniciar un nuevo proceso de aprendizaje, comprender qué tipo de información reciben los clientes a diario, de dónde, cuándo y por qué. Descubrir qué quieren y no pueden encontrar.
¿Y qué es lo que buscan los lectores del siglo XXI? Por lo pronto, en cuanto a consumo en Internet y tomando una pequeña muestra en Lubbock, Texas, los datos ponen de manifiesto que la gente principalmente acude a Google (10’74%) como puerta de entrada a la información que necesita en un momento determinado, por lo general algo relevante en su vida. En segundo lugar, un 8’74% se conecta a Facebook porque quiere mantener el contacto con sus amigos. Después YouTube para entretenerse y páginas como Yahoo o Bing como alternativa a Google. Netflix, Amazon, MSN, Ask.com… Todas son páginas que utilizan para resolver problemas diarios o encontrar información relacionada con sus intereses personales. Sólo un 0’30% busca noticias en la web del periódico local.
Gray aboga por romper con la definición de noticia que se ha convertido en sagrada en nuestra industria pero que, observando el comportamiento de los usuarios, se puede afirmar que ha quedado obsoleta y cambiarla por la siguiente: “es el proceso de descubrir y proporcionar la información que la gente en nuestros mercados más necesitan en sus vidas y no pueden conseguir”. En definitiva, desarrollar una solución que satisfaga sus necesidades. Ése es el nicho que deben explotar los medios de comunicación.