RIM sabe que debe aumentar sus ventas e ir al mercado de masas para no sucumbir ante la supremacía del iPhone, y la implacable escalada de los smartphones con Android, el sistema operativo de Google. De nada le ha servido lanzar el pasado año un servicio de mensajería gratuito para jóvenes. Su éxito inicial se ha truncado por servicios similares adoptados por su competencia. De nada le ha servido lograr que 500 operadores y partners de distribución de 170 países vendan modelos de Blackberry en 30 idiomas. Tampoco mantener record de ventas. Los analistas tachan su sistema operativo de envejecido, y dicen que ha perdido impulso.
Abrumado, el presidente de RIM, Mike Lazaridis, pedía respeto desde la atalaya del New York Times. “¿Por qué la gente no aprecia nuestros beneficios? ¿Por qué la gente no aprecia nuestro crecimiento? ¿Por qué la gente no aprecia el que nos hemos globalizado en los últimos cuatro años?”, decía Lazaridis en una información que abría la sección “business” del referencial periódico el pasado 12 de abril. En sus argumentos aducía que Blackberry es el smartphone elegido por la Casa Blanca, y recordaba el lanzamiento de su tableta para el próximo 19 de abril. Aun así, en el artículo se llegaba a comparar la situación de Blackberry con la de Palm, la mítica agenda hoy comprada por Hewlett Packard, que no sabe muy bien cómo devolverla a su pasado esplendor.
Blackberry mantiene su indiscutible fortaleza en correo corporativo. Es el más seguro, y por eso las administraciones y las corporaciones no prescindirán de él. Pero los ejecutivos han sumado al bolsillo de su chaqueta el iPhone, y los smartphones con Android se han asentado con solidez entre el gran público. Blackberry tiene unas 20.000 aplicaciones en su tienda, cifra irrisoria, comparada con las 350.000 de la App Store de Apple, y las 250.000 de Android Market. Ese es el gran drama de RIM. La idea que RIM empieza su particular travesía del desierto está en la mente de los analistas a ambos lados del Atlántico. “Su estrategia para ir al mundo aplicaciones no da resultados, y su drama es evitar seguir los pasos de Nokia. Debe generar el ecosistema de aplicaciones que compita con las de Apple y Android”, aseguran los analistas en voz baja.
La reciente pérdida del liderato de Blackberry en el mercado estadounidense no es por vender menos. La tarifa plana de datos para acceder a la Internet móvil está incorporando el segmento residencial al mercado de los smartphones, y lo desequilibra. “Debe jugársela en las aplicaciones y abrirse a las masas, que demandan un smartphone todo en uno. Su tienda es muy pequeña, y dudo de que pueda dar el salto para competir con Apple y con Android. No percibo un interés para desarrollar aplicaciones para Blackberry, creo que quedará en un nicho profesional”, opina Eduard Tomas, encargado de desarrollo de aplicaciones móviles de Evermind. Es el sentir de la mayoría. ¿Cómo reaccionará RIM?
Si (
No(
