La nube, tecnología base del ecommerce, debe complementarse ahora con las tecnologías de big data, de social business y de movilidad para que las tiendas puedan realizar una estrategia efectiva. Es la principal conclusión del encuentro mensual Coudstage organizado por Acens, que en su XVIII edición ha debatido sobre “Cloud y Retail”. “El primer reto es que el e-commerce tenga calidad, y realice ofertas personalizadas a sus clientes”, explicó Lluis Altés, director general de IDC España.
La personalización de la oferta de usuario requiere conocer los deseos de los clientes, y la única forma de hacerlo es utilizar las herramientas de big data, capaces de mezclar todo tipo de información (imágenes, textos y audio) procedente de las redes sociales y de las bases de datos de las propias empresas para sacar conclusiones. Altés puso como un ejemplo de experiencia el piloto realizado por una conocida salsa, que instaló en un supermercado un software que recogía todos los ingredientes comprados por un consumidor para sugerir una receta, que incluía la salsa, y era entregada al cliente impresa junto con el ticket de compra. El fabricante de salda aumentó en un 44% sus compras en esa tienda en un mes.
Las herramientas de movilidad como el GPS son imprescindibles para ubicar al comprador y permitirle, por ejemplo, informarse sobre un producto a través del móvil en la tienda física. Los terminales móviles cumplen, además, el deseo de un consumidor “que quiere satisfacer sus deseos de compra desde cualquier sitio, a cualquier hora y durante todos los días del año”, explica Angel Sagredo, responsable de Smarted Commerce en IBM SPGI. La consultora BuddeComm anuncia que sólo el mobile commerce superará los 200.000 millones de dólares en 2015 en todo el mundo. Las aplicaciones de venta on-line se multiplican, ya las tienen El Corte Inglés, Inditex y Carrefour.
IBM defiende la integración de las tiendas físicas en la estrategia de multicanalidad del e-commerce. Se puede comprar un artículo de forma on-line y ofrecer la posibilidad de recogerlo en la tienda física. “Esta forma de utilizar las tiendas como una red de recogida de los paquetes da seguridad al comprador, y cadenas de tiendas como la librería Barners&Noble han hecho de su red de tiendas una ventaja competitiva. Los clientes que compran on-line pueden recoger el pedido en horas con acercarse a una tienda, dada la capilaridad de la cadena”, añade Angel Sagredo.
Las tiendas físicas que abran sus puertas al mundo on-line deben armarse de una batería tecnológica para competir. Mango ha puesto tabletas en las manos de sus dependientes para que informen a los compradores sobre la disponibilidad de talla y color de una prenda en otras tiendas, y los supermercados utilizan aplicaciones de realidad aumentada para que los compradores puedan identificar en sus lineales los productos sin gluten o sin grasa. Sin hablar de los probadores virtuales que escanean el cuerpo del comprador para que se pruebe ropa sin quitarse la que lleva puesta, desarrollados por todo el mundo gracias a la tecnología Kinect de Microsoft, y que ya utiliza Bloomingdale´s.