Tras destapar el escándalo de los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. gracias a las filtraciones de Edward Snowden, Glenn Greenwald ha decidido dejar “The Guardian” para embarcarse en un nuevo proyecto.
Pierre Omidyar, fundador de eBay, ha anunciado en una entrevista a Jay Rosen, profesor de periodismo de la Universidad de Nueva York, que, tras plantearse la compra de “The Washington Post”, finalmente satisfecha por el CEO de Amazon, Jeff Bezos, decidió empezar de cero y realizar una inversión de 250 millones de dólares para crear una nueva empresa que aún no tiene nombre. Esta decisión obedece a su “creciente preocupación por la libertad de prensa en EE.UU. y en todo el mundo”.
Sus conocimientos empresariales serán puestos al servicio de un proyecto que pretende promover a periodistas independientes que dediquen todos sus esfuerzos a realizar un periodismo de investigación serio y responsable, al servicio de los ciudadanos. Este nuevo medio será exclusivamente digital, tendrá sus oficinas en Nueva York, Washington y San Francisco y todas las ganancias que se obtengan se reinvertirán en el periodismo.
Greenwald, por su parte, notificó esta semana en su blog su inminente salida de “The Guardian” tras presentársele lo que calificó como “una oportunidad única” en su carrera que “ningún periodista podría rechazar”. Otros periodistas que no han podido rechazar la oferta de Omidyar son la cineasta y aliada de Greenwald, Laura Poitras y el escritor Jeremy Scahill, experto en terrorismo islámico.
Un interesante artículo de Will Bunch publicado en “The Philadelphia Daily News” habla de una nueva tendencia de los magnates de Silicon Valley por enfrascarse en proyectos periodísticos. Tanto Pierre Omidyar como Jeff Bezos han puesto sobre la mesa 250 millones de dólares con el fin de sacar adelante dos medios de comunicación que parten de puntos diferentes, pero que serán el espejo en el que se mirarán el resto de empresas periodísticas en el futuro. “El multimillonario, no totalmente desinteresado, salvará al periodismo estadounidense. Porque éste quiere y porque no hay otro camino viable”, sentencia.