“Hay Festival Segovia” reunió en su 8ª edición a importantes profesionales del mundo del periodismo para dialogar sobre el futuro de los medios e intentar encontrar los errores que han llevado a la situación actual de pérdida de credibilidad.
En esta ocasión, el vicepresidente de la FAPE, Aurelio Martín, moderó un debate en el que intervinieron los periodistas Javier del Pino, director del programa “A vivir que son dos días” de la Cadena Ser y Ramón Lobo, corresponsal de guerra y colaborador en varios medios digitales.
La conversación a tres bandas, que tuvo lugar en el Teatro Juan Bravo de Segovia, giró en torno a la crisis de la profesión y a la búsqueda de los factores que han provocado este deterioro. El foco de atención se centró en los problemas económicos, pero también han sido claves elementos sociales y culturales.
Los primeros “culpables” de esta situación, en opinión de los ponentes, son los propios periodistas. Ramón Lobo conoce muy bien cómo se trabaja en países como Estados Unidos y afirma que ellos están a otro nivel en cuanto a los métodos utilizados o el tiempo dedicado a la investigación. Por contra, el corresponsal de guerra cree que en España se está llevando a cabo un periodismo de corta y pega, porque mantener a buenos profesionales que dediquen tiempo a la elaboración de noticias conlleva un importante desembolso económico.
Javier del Pino también se muestra muy crítico con la forma de hacer periodismo en nuestro país. Pero centró la atención del problema sobre el público español. Para que exista un periodismo de calidad, tiene que haber una audiencia que lo demande. En España el periódico más leído es el “Marca”, en cambio cierra un diario como “Público” y la gente se lamenta en lugar de haber ido a comprarlo a los quioscos. Por tanto, duda que en España triunfara un medio como “New Yorker”, por razones culturales y educacionales. Incluso generacionales, ya que nos encontramos a jóvenes estudiantes de periodismo que no han leído un diario en papel en su vida. “Tenemos el periodismo que nos merecemos”, sentencia.
Como no hay dos sin tres, el tercer “culpable” de la crisis en el sector es la empresa periodística. Para Aurelio Martín, las compañías se venden al mejor postor para paliar la pérdida de ingresos que llevan sufriendo desde 2008. Buscan el escándalo para vender más y se rinden a cualquier tipo de publicidad que entre. Las empresas, por lo tanto, son las que están empobreciendo y hundiendo a la profesión. Los ERE han hecho mucho daño a los medios, porque han provocado la salida de grandes periodistas que son auténticas minas de oro, pero que los mandatarios han considerado prescindibles en un contexto tan complicado.
Ramón Lobo, por su parte, considera que los periódicos lo están haciendo mal y por ello no merecen que nadie les compre. “¿Qué estamos ofreciendo a los lectores? Se está hablando de crear muros de pago, pero ya existían, eran los quioscos”. En Internet se juega al juego del gratis total, algo que el periodista nunca ha entendido. “No se puede pretender que una persona compre un periódico al día siguiente cuando ya lo está leyendo gratis en la red la noche anterior”. Los medios se equivocan colgando los contenidos del papel en la red indiscriminadamente.
Además, las empresas prefieren ahorrar dinero manteniendo a sus periodistas en la redacción escribiendo sobre cualquier acontecimiento, en lugar de enviarles al lugar de los hechos. “Tener ojos propios en determinados sitios es muy caro”. “Vivimos en un mundo en el que te miden por lo que cuestas, no por lo que vales”, añade Ramón, recordando que vamos en dirección contraria al decálogo que ha realizado Jeff Bezos tras su llegada al “Washington Post”: no al corta y pega, contratar a buenos profesionales… Pero también advierte al lector: esto ocurre porque la audiencia está dispuesta a aceptar cualquier cosa que los medios le ofrezcan.
Entonces, ¿cómo se puede retomar el camino hacia la recuperación? Javier aboga por el mantenimiento en las plantillas de los profesionales más experimentados, que en nuestro país están siendo muy maltratados. En EE.UU, las convocatorias en la Casa Blanca son cubiertas por los periodistas más curtidos, en España es sobre los jóvenes sobre los que recae esta responsabilidad. Aunque en este tipo de actos ni siquiera hay posibilidad de realizar preguntas, lo que nos llevaría a poner la mirada crítica también en los gobernantes.
Ramón, por su parte, considera que la profesión debe empezar a plantearse hacia dónde va y hacia dónde quiere ir realmente. Tener presentes los valores periodísticos sin dejarse politizar será fundamental. Estamos en un momento de experimentación que hay que aprovechar, en el que es mejor montar una web y equivocarte barato, que soñar con un puesto fijo de ocho horas dedicadas a cortar y pegar.
Por último, sería importante la penetración de las empresas españolas en el mercado latino, nuestro mercado natural, con el que compartimos un mismo idioma y cultura. “The Guardian” se expande por EE.UU., pero nosotros aún tenemos una actitud soberbia y colonial hacia América Latina. Tenemos mucho que aprender de estos países, por lo que sería interesante definir un plan periodístico que les incluya a ellos.
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