Mientras que en países como en EE.UU. la significativa reducción del número de páginas de publicidad en las revistas y los cambios en las preferencias de la sociedad han llevado a los empresarios a buscar alternativas digitales, en Francia aún impera una cultura de leer revistas que está muy arraigada entre los consumidores franceses.
Así, mientras en el país norteamericano la caída de la publicidad de más del 3% desde el año 2010 ha disuadido a los inversores de lanzar revistas en papel, en Francia la tendencia natural a comprar magazines anima a los editores a la reedición y mantenimiento de títulos, a pesar de que los datos reflejan una preocupante bajada de los ingresos publicitarios del 10’8% en el primer trimestre de 2013.
Uno de los casos más impactantes es el del diario “Le Figaro”. El periódico es uno de los más vendidos en Francia gracias a la calidad de sus informaciones, pero también a los suplementos que le acompañan, que le reportan importantes beneficios.
Como señala la web “Wan-Ifra”, revistas como “Le Figaro Eco”, “Madame Figaro” o “Le Figaro Magazine” se han convertido en el centro financiero de las operaciones del grupo. Las cifras manejadas arrojan un dato sorprendente. Mientras que “Le Figaro” generó unos ingresos de 170.000 euros en 2012, sus revistas supusieron un beneficio de 230.000 euros.
La explicación de estos buenos datos frente a la caída en picado de la publicidad en los medios impresos es que estas revistas se sustentan con anuncios de belleza y moda, un sector que se mantiene más estable y sólo ha sufrido un retroceso del 2%.
El formato de las revistas especializadas permite incluir entre sus páginas decenas de anuncios a todo color. Es el caso de la revista de moda “Madame Figaro”, que este mes publica 33 páginas de anuncios, además de la publicidad encubierta tras los reportajes de moda que sirven para publicitar la mercancía de los grandes diseñadores.
Siguiendo este modelo de negocio, el grupo Condé Nast decidió lanzar a finales de junio una edición francesa de la revista “Vanity Fair”. 100 años después de la publicación de su primer número en EE.UU. y con ediciones en Reino Unido, Italia y España, la revista bandera de la investigación y el glamour comenzó su andadura en el país galo con un éxito abrumador.
El primer día a la venta en los quioscos cuadriplicó las expectativas de su plantilla, que esperaba 100.000 copias vendidas y se alcanzaron las 400.000, informa “L’Express”. La inclusión de 93 páginas de publicidad ha generado ciertos recelos en otros magazines por suponer una gran competencia en la lucha por optar a las oportunidades de compra de espacios de las marcas de moda y belleza más prestigiosas. Para “Vanitiy Fair France”, que compite con revistas similares que se distribuyen gratuitamente, es fundamental contar con clientes publicitarios fijos, ya que pretenden que los anuncios representen el 80% de su facturación.
El último movimiento en el mercado periodístico francés ha sido el relanzamiento de la revista erótica de los años 60, “Lui”, por parte del polémico escritor Frédéric Beigbeder. “Lui” surgió como réplica europea de la americana “Playboy” en una época en la que no se podía acceder a este tipo de contenidos tan fácilmente como ahora. Beigbeder es consciente de que Internet ya ofrece un sinfín de fotos de manera gratuita, por lo que considera que, la ambición intelectual y el plus de calidad que aportarán los escritores y fotógrafos que colaborarán en ella, serán fundamentalmente sus puntos diferenciadores. Su primera tirada, de 350.000 ejemplares, aparece cargada de publicidad, con 60 páginas de anuncios. Se espera que los ingresos se obtengan en un 60% de la publicidad y en un 40% de las ventas.