La explicación ante este comportamiento fue la entrada a bolsa de Facebook el 18 de mayo de 2012, movimiento bautizado como “la operación del siglo”, que influyó profundamente en Silicon Valley. Sin embargo otros sitios web como Twitter, Square, Pinterest y Dropbox prefieren tomarse su tiempo para poder financiarse sin dificultad con los fondos de capital de riesgo, antes de lanzar acciones.
Marc Andeerren, quien lidera Andreesseen Horowitz, sostiene que el objetivo de los empresarios de empresas en Red no es entrar en el mercado de valores. Una encuesta realizada por KPMG a 91 empresas emergentes confirma que solo un 19% espera una entrada en el mercado, frente al 45% que prefiere permanecer lejos y otro 30% que desea ser redimido.
Como sostiene el CEO de Evernote, Phil Libin, entrar en bolsa no es un fin en sí mismo, y puede conllevar grandes prejuicios si se hace mal. Este fue el caso de Groupon y Zynga, cuyas acciones han caído un 56 y un 65% respectivamente desde su lanzamiento en diciembre de 2011. Este descenso ha aumentado la presión sobre los equipos de gestión para conseguir rentabilidad a corto plazo.
Como señala “Le Monde”, estos contratiempos eventuales eclipsan los éxitos del resto de empresas. Ejemplos de estas son Linkedin, Yelp y Pandora, que continúan su progreso. Andreessen defiende que hay un gran número de empresas de tecnología que se deben lanzar a bolsa, pero es consciente de que los incentivos son ahora minúsculos.
Un proyecto de ley aprobado en 2012 otorgará ayudas a las pequeñas empresas para impulsar su entrada en bolsa, otorgó a RetailMeNot una ayuda de 191 millones de dólares. La cotización de la empresa al terminar su primer día en el mercado alcanzó un 32%, cifra que debe animar a otras compañías a lanzarse a bolsa.