Bryan Salt, fundador de “Thinker thing” sostiene que este modelo evolutivo permite crear una forma que pueda ser leída por los últimos modelos de impresoras 3D, produciendo objetos físicos reales mediante indicaciones mentales.
Como sostiene “Fayerwater” el sistema se pensó para que los niños imaginasen monstruos que luego pudiesen imprimir como juguetes.
El neuro-auricular EPOC lee la reacción cerebral del usuario y transfiere los patrones a un programa de ordenador, para poder crear con ellos un modelo tridimensional. De esta manera una semilla de ADN define el punto de inicio de una cadena evolutiva para el objeto.
La invención y creación del sistema fue financiado por el programa Start-Up Chile, que desea llevar este sistema a diferentes escuelas chilenas para que los niños puedan imprimir sus propios monstruos. Tienen en mente recopilar una edición limitada de 100 figuras en 3D creadas por mentalmente. Cada figura incluirá el nombre del creador, sus patrones cerebrales y la escuela a la que pertenece. Para comenzar, están trabajando con alumnos de cuarto en un colegio en Vicuña, Región de Coquimbo, que están ayudando a desarrollar el sistema.
Para lograr todos sus propósitos el grupo esta recaudando fondos en Indiegogo donde, actualmente, llevan recaudados 5.700 dólares.