No vamos a aportar listados de países, regiones, distritos, etc., ni desentrañar sutiles diferencias entre sus distintas categorías y sub-clasificaciones (los que podrían considerarse no tan malos, o aquellos que se agrupan bajo la etiqueta de siniestros) al solo efecto de desmitificar la asociación de esa terminología con la de sitos reñidos con la ley, con la moral, etc.
No defendemos (faltaba más) a los regímenes que amparan la recepción y el blanqueo de capitales de oscura procedencia; solo pretendemos destacar la hipocresía humana que habita en derredor.
Aclaremos primero: ¿Por qué motivo el dinero huye de una región? Usted podría afirmar que el capital se fuga, única y exclusivamente, porque de blanquearlo en su jurisdicción, debería sujetarse a la quita impositiva correspondiente y la gente, en su gran mayoría prefiere “graciosamente” delinquir.
Hace 15 meses la Coalición Internacional de Periodistas Independientes (ICIJ por sus siglas en inglés) recibió de manos anónimas, filtraciones de dos empresas que ofrecen servicios en paraísos fiscales, una de Singapur y otra de las Islas Vírgenes: eran 2,5 millones de archivos digitales en los cuales estaban registrados los movimientos de unas 120.000 empresas y fideicomisos extraterritoriales y de cerca de 130.000 personas de 170 países del mundo.
La investigación de tanta información, comenzó inmediatamente de recibida la documentación, pero en virtud de la engorrosa tarea que constituye desclasificar los datos, la ICIJ sumó fuerzas con más de 30 medios de todo el mundo, como The Washington Post (Estados Unidos), The Guardian y la BBC (Reino Unido), Le Monde (Francia), La Nación (Argentina), entre otros.
¡Sí!…Ud. ha leído correctamente: están implicadas unas 130.000 personas de 170 países del mundo, en solo dos paraísos fiscales. ¿Es posible llegar a la conclusión de que hay 130.000 delincuentes –aunque no lleguen antifaz- que pululan entre nosotros? ¡No!, hay personas que están en estos listados y pueden ser sus vecinos, sus parientes, sus amigos; ¿Y entonces? ¿Son delincuentes o no?
Bueno, de esto se trata: de que dejemos la hipocresía de lado y encaremos el tema desde un enfoque diferente. ¿Qué lleva a una persona a buscarse un paraíso fiscal para resguardar su dinero? Allí viene otra pregunta, ¿es dinero propio o es un dinero que ha eludido controles fiscales, aduaneros, etc. de algún estado?; ¿es suyo o lo sustrajo de alguna operación delictiva?; ¿está manchado de sangre ajena?
Recordemos el dato: en tan solo dos paraísos fiscales, hay 130.000 personas de 170 países del mundo que tienen a buen resguardo su dinero. ¿Puede ser que el mundo no haya advertido tamaña cantidad de hechos delictivos?, porque a no dudar, es evidente que deberían producirse a diario elusiones, evasiones, actos de corrupción, tráfico de armas, dinero proveniente de narcotráfico, tráfico de personas, etc., a tenor de la sugestiva cifra que nos ha proporcionado el ICIJ en relación con los individuos que recurren a esos paraísos.
De las 120.000 empresas que son titulares de cuentas en paraísos fiscales, seguramente habrá algunas cuyos productos consumimos a diario, o nuestros hijos y parientes prestan servicios en ellas; será tan así como dicen, que la solución a la crisis occidental del capitalismo, se solucionaría si erradicásemos los paraísos fiscales. En caso de que cerrásemos una puerta, lo que significa soluciones parciales (parches) en su reemplazo se abrirán otras.
De acuerdo con un informe de ActionAid, casi la mitad del dinero que las multinacionales y los inversionistas financieros ricos inyectaron en los mercados emergentes en 2011 fue movida a través de paraísos fiscales. Utilizando datos del FMI sobre inversión, Action Aid también mencionó que un 46 por ciento de las inversiones internacionales en países de ingresos medios y bajos en 2011 se originaron en paraísos fiscales.
Entonces surge la pregunta: ¿desaparecerán los paraísos fiscales de la faz de la Tierra, solamente porque Angela Merkel así lo desea. Ella, con muy buen criterio, pretende avanzar en la lucha contra la evasión y el fraude fiscal, asegurando que en la Unión Europea “habrá por fin el intercambio automático de información” sobre datos bancarios y una base común con países terceros como Suiza, pero no debe ser hipócrita; hay muchas firmas alemanas moviendo dinero a través de paraísos fiscales: ¿Qué piensa hacer al respecto?
Un paraíso fiscal, es solo un territorio, bajo soberanía de algún país, cuyo régimen tributario es especialmente favorable a los no residentes. Por lo tanto, muchos ciudadanos y empresas se domicilian en dicho territorio con fines legales, aún cuando no vivan allí.
Hace muy poco, la prensa francesa nos mostraba al actor Gerard Depardieu recibiendo la ciudadanía rusa y su residencia en Moscú, para eludir la acción fiscal de Francia y por ende de Angela Merkel y sus sabuesos. ¿Cómo piensan resolver estas situaciones? ¿Es Rusia un estado que ampara el delito?
La caída en desgracia de Chipre y la quiebra de su modelo económico basado en la atracción de capitales y la fiscalidad barata, yla investigación del ICIJ que ha destapado las operaciones en territorios de baja tributación de cientos de miles de empresas y particulares de todo el mundo, ha encontrado cuentas off shore de la la baronesa española Carmen Thyssen-Bornemisza, conocida coleccionista que, de acuerdo con la investigación, habría utilizado canales offshore para comprar obras de arte,incluido un cuadro de Van Gogh; Jean-Jacques Augier, el ex tesorero de la campaña electoral de 2012 del actual presidente de Francia, François Hollande, que según la investigación es accionista de dos empresas en las islas Caimán.
Según un informe de la ONG INTERMON OXFAM, en los paraísos fiscales se mueven 24 billones de euros, lo que significa que los paraísos fiscales ocultan una tercera parte del PIB mundial.
¿Todavía piensa en que hay que erradicar, así porque sí a los paraísos fiscales? El asunto no es tan sencillo y lo primero que hay que erradicar es la hipocresía al tratar este tema.
Se dice que una lucha decidida contra estos territorios liberaría más de 90.000 millones de euros para, por ejemplo, combatir la pobreza en el mundo; ¿usted afirmaría que esos dineros, de accionarse contra los paraísos fiscales irían a esas zonas de pobreza para erradicar el hambre? Esto no lo creemos y lamentablemente estamos convencidos de ello.
Según la ONG, Tax Justice Network, entre 2005 y 2010, la élite económica mundial ocultó en estos territorios de baja tributación entre 15 y 20 billones de euros. Entonces, en un acto de arrepentimiento masivo, ¿los van a aflorar de buen ánimo para combatir el hambre?
En España, según el Observatorio de Responsabilidad Corporativa, el 86% de las 35 mayores compañías españolas, las que cotizan en el Ibex, las que se identifican con la Marca España, tienen algún tipo de filial en paraísos fiscales.
¿Pero de qué monstruo aberrante, estamos hablando? ¿Y Luxemburgo o Malta qué tipo de actividad financiera presta a los no residentes
James S. Henry, ex economista jefe en McKinsey & Co., autor del libro The Blood Bankers dice que “según nuestras estimaciones, al menos un tercio de toda la riqueza financiera privada, y casi la mitad de toda la riqueza offshore, es ahora propiedad de las 91.000 personas más ricas del mundo: sólo un 0,001% de la población mundial”.
¿Podemos preguntarnos entonces cómo Angela Merkel piensa enfrentar a estos monstruos de cuatro cabezas?
Habría que analizar simultáneamente con el combate a la evasión, la elusión fiscal y los dineros negros que peregrinan por el mundo. ¿Cuál seria la fiscalidad sustentable que permita una distribución de la riqueza que exprese solidaridad con los más desposeídos y a su vez cubra los requerimientos administrativos de los Estados, sin recurrir a presupuestos deficitarios que generan deuda a futuro?
Del siglo VIII de nuestra era, proviene el término “vasallaje”. El “vasallo” era un noble de categoría inferior que se ponía bajo la protección de un noble de categoría superior -su señor feudal- y por su protección se obligaba a pagar tributos. Los vasallos tenían la obligación de prestar guardia en el castillo del señor feudal y de alojar en su casa a los visitantes del mismo.El impuesto de la talla, era pagado por cada familia de campesinos y lo recaudado era destinado a diversos fines, como el casamiento de la hija del señor feudal, armar caballero al hijo, pagar el rescate del señor, adquirir equipo para las cruzadas, etc.
En el último escalón de la jerarquía humana estaban los siervos de la gleba, adscritos a la tierra, quienes estaban obligados a prestar su trabajo de manera gratuita, a modo de contraprestación por los “servicios que prestaba el señor feudal”. Los colonos –siervos de la gleba- llevaban al castillo del señor sacos de granos, toneles de vino, tinajas de aceite, gallinas, cerdos, ovejas; y si no lo hacían a su debido tiempo y voluntariamente, las huestes del señor se encargaban de requisarles sus productos a la fuerza.
Podemos citar también el Derecho de Pernada, que consistía en el derecho que tenía el señor feudal sobre la virginidad de la mujer antes de contraer matrimonio; se podrá concluir con estos ejemplos, que en la antigüedad, la forma de pagar y cobrar tributos no era del todo equitativa y más bien obedecía a situaciones de capricho, mandato divino o sojuzgamiento de un pueblo por otro.
¿Qué hubiera sucedido en esa época de haber existido paraísos fiscales?
El problema de las Leyes Fiscales es la injusta carga que impone por ciertas contraprestaciones, que no son tales o son desmedidas y es allí donde aparecen los fenómenos de “protesta” o de “subversión de las normas impositivas” que encuentran en los paraísos fiscales, el bálsamo reparador de tanta voracidad fiscal; nadie quiere sentirse usado y ultrajado por aparatos politizados, elefantiásicos, burocráticos y lo peor de todo INEFICIENTES.
Las primeras leyes tributarias aparecen en Egipto, China y Mesopotamia, según textos muy antiguos en escritura cuneiforme de hace aproximadamente cinco mil años.
En Egipto, una forma común de tributar era por medio del trabajo físico (prestación personal), para lo cual tenemos como ejemplo la construcción de la pirámide del Rey Keops en el año 2,500 A. C. que duro veinte años, participando aproximadamente unas 100.000 personas que acarreaban materiales desde Etiopia. Pueden enumerarse infinitos ejemplos de obras “inútiles” como contraprestación de los reinos hacia sus “súbditos”, que no mejoraban su calidad ni su expectativa de vida, ni iban en beneficio de su progreso, más bien todo lo contrario.
Entonces con el correr del tiempo y con la aparición de las monedas y los intercambios comerciales, los ciudadanos de distintos estados, encontraron la forma de defenderse de las imposiciones injustas, recurriendo a otras jurisdicciones, que hoy se denominan paraísos fiscales.
Suiza es el centro mundial financiero “offshore” más grande del mundo – por delante de otras ciudades como Londres, Nueva York y Francfort. Además de los dos bancos internacionales UBS y el grupo Credit Suisse hay una gran cantidad de empresas financieras suizas e internacionales con servicios sumamente especializados.
Buena parte de esos activos “offshore” son manejados por la banca internacional privada, (Fuente: Grupo de Consulta de Boston, 2009); Suiza maneja un 27 %, el Reino Unido un 25 %, Luxemburgo un 11 %, Caribe el 12 %, Singapur y Hong Kong el 10 %, los Estados Unidos el 8 % y el resto, un poco más atomizado (lugares conocidos como paraísos fiscales) un 7 %; por lo tanto sería muy alentador saber si efectivamente a partir de la reunión de ayer del G8 se abre por fin una vía de agua que hunda definitivamente a tanto despropósito económico global.
Basta de hipocresía. Llamemos a las cosas por su nombre y enfrentemos el problema desde su raíz. No nos mintamos más.
José Luis Zunni, José Luis Zunni, Coordinador académico red e-Latam, Director Edición Online ECOFIN, Miembro de la Junta Directiva de Economistas Críticos, Ponente de Seminarios de Liderazgo y Management de la Escuela Europea de Negocios y Coordinador del Foro de Management y Nueva Economía de la EEN. Experto en Management y formador de directivos y profesionales en las técnicas de liderazgo.
Rubén E. Bianco, miembro de la Junta Directiva de Economistas Críticos. Analista económico financiero internacional. Experto en bolsas y mercados de valores.