En la era digital, aún se ponen en marcha proyectos en formato impreso como los de la revista de humor y sátira “Mongolia”. Su andadura comenzó en 2012 con un grupo de seis personas a las que cesaron de sus trabajos, motivo que les llevó a tomar la decisión de poner en marcha un nuevo proyecto colectivo.
Antes de publicar el primer número, el grupo trabajó en secreto hasta dar con las teclas adecuadas y poder realizar su lanzamiento en las mejores condiciones. La idea era crear una especie de tabloide satírico similar al argentino “Barcelona” y otras conocidas publicaciones francesas, pero añadiéndole una parte de noticias reales, titulada “Reality News”, en la que escriben periodistas muy conocidos de nuestro país bajo pseudónimo.
Desde la revista tienen claro que el futuro no pasa por contar con grandes redacciones, sino que el trabajo debe ser realizado por unos pocos y de forma más austera. En “Mongolia” trabajan en un local alquilado a otra empresa y lo comparten con sus trabajadores en las horas que ellos no lo utilizan. También trabajan mucho en bares y en la Nube, donde suben ideas que luego van transformando.
La apuesta desde el primer momento ha sido por el papel. Según Eduardo: “nos dicen que el papel está muerto, pero nadie nos ha enseñado la autopsia”. Además, lanzar una revista en Internet supone, según su opinión, que los gastos no se correspondan con los ingresos de una publicidad que se paga muy barata.
Pero hay más razones para optar por el papel. Una revista mensual supone más tiempo para escribir los contenidos, en cambio en Internet tiene que ser un trabajo diario: “Internet es un pozo sin fondo. Por mucho que le eches, siempre quiere más, te pide más contenidos y al lector no le puedes saciar nunca”. Además, “todo lo publicado en papel queda, en Internet es voluble”.
Aunque reconoce que han sabido combinar muy bien la web con la revista, no publican los mismos contenidos en ambas por respeto a los lectores que pagan la edición impresa. Para Eduardo, que “El País” publique a las 00:00 los contenidos que se leerán al día siguiente en el periódico, no es justo para el que se gasta el dinero. Su presencia digital se centra fundamentalmente en Twitter. A través de esta red social realizan coberturas de diferentes eventos en tiempo real y les sirve como plataforma para publicitarse.
“Mongolia” da especial importancia a sus portadas y contraportadas, por lo que resulta fundamental su exposición en puntos de venta directa. Juegan mucho con titulares polémicos, provocadores y con portadas que se pueden recortar y manipular.
Aunque reconocen que aún no les da para vivir dignamente, al menos cobran un sueldo y pueden pagar a los colaboradores. Su modelo de negocio no podía basarse en la publicidad, ya que al ser una revista satírica las críticas impiden tener anunciantes o se perdería la libertad para hablar de cualquier tema. Por lo tanto, sus ingresos provienen de la venta de ejemplares y suscripciones, junto al lanzamiento de productos como un libro, que en estos momentos ocupa los primeros puestos de ventas de libros de no ficción en España.
El mayor problema con el que se han encontrado es el modo de distribuir la revista. Querían vivir exclusivamente de la suscripción, pero no pudieron, “ya que Correos no aplica la tarifa especial de prensa hasta el tercer número”. Con lo cual, decidieron distribuir los ejemplares en quioscos, tiendas de cómics y librerías. Se unieron con otras diez revistas para distribuir sus publicaciones juntas y quizás el siguiente paso sea el de crear un pull de empresas y hacer fuerza, por ejemplo en el caso de que alguna reciba una denuncia.