La Comisión Europea acaba de anunciar una sanción de 561 millones de euros a Microsoft por abuso de posición dominante, con lo que ya acumula sanciones comunitarias por valor de 2.200 millones. La firma americana acepta la sanción y pide disculpas. Es curioso, porque Microsoft tiene ahora una posición bastante menos dominante que hace unos años, cuando reinaba en más del 90% de los sistemas operativos de los ordenadores de todo el mundo.
¿Tiene Google una posición dominante sobre el vital mercado global de la información y su manejo? Bélgica intentó primero hacer pagar al gigante americano por los contenidos de periódicos francófonos que recogía, pero finalmente llegó a un acuerdo de colaboración con los editores sin pagar tasa alguna. En Francia, llegó a un acuerdo para crear un fondo de 60 millones de euros destinados a facilitar “la transición digital” de los medios, eludiendo todo pago por contenido. Ahora ha vuelto a esquivar el bulto en Alemania y no tendrá que pagar si solo reproduce “un pequeño fragmento” de la información. No se especifica la extensión de este fragmento.
Google y su ejército de abogados y asesores, argumentan que la firma americana defiendo el sacrosanto espíritu libertario de la Red. Pero resulta que ese principio de libertad cotiza a su favor. Y cotiza alto: está sobre los 840 dólares, el 17% más que a principio de año, con una revalorización del 37% en doce meses. Hasta el punto de que muchos analistas apuestan por ver la cota de los mil dólares antes de fin de año. No parece exagerado si tenemos en cuenta algunos parámetros: actualmente tiene el 67% del negocio de la publicidad On Line de EEUU. Su sistema operativo Android está instalado en el 75% de los móviles inteligentes del globo y sigue ganando terreno. Sus nuevos productos, como las gafas de realidad aumentada o los coches de conducción automática, tienen ante sí enormes potencialidades.
La historia económica nos enseña que las situaciones monopolísticas no se prolongan indefinidamente en el tiempo. Y la historia de las ideas políticas y filosóficas nos muestran que la “californian ideology” y las utopías de las lógicas libres desde la creación de Internet, forman tan solo parte de las guerras de hegemonía. Una de las más importantes de nuestros días enfrenta a los gigantes norteamericanos de Internet y la nueva globalidad en ciernes.