Microsoft España no se entera de lo que pasa en su matriz

Microsoft España ha perdido la entereza de su antigua presidenta Rosa García, siempre atenta a recibir y responder las preguntas más incómodas realizadas por la prensa. Su credibilidad era total. En esta nueva etapa de color de rosa dirigida por María Garaña, Microsoft ha optado por el “no se exactamente a que te refieres” como respuesta frontón a cualquier pregunta alejada de la loa a sus productos.

Esta tarde, en la presentación de Office 365 afirmaban desconocer la cuesta abajo bursátil del valor en el Nasdaq desde el pasado verano, por lo que no podían dar ninguna explicación al suceso. La cuestión sobre la falta de entusiasmo de la bolsa al recién estrenado sistema operativo Windows 8 (el valor ha caído un 8% desde entonces) quedó en un “¿y en que bolsa has visto eso? miraré a ver y te contesto por mail”. Mucho menos reconocieron la frialdad del mercado ante el nuevo sistema rupturista que aunará la experiencia de los smartphones, las tabletas, las consolas de videojuegos y los ordenadores gracias a la nube. “¿Y que analistas han dicho eso? ya sabes que hay de todo”, enfriaba cualquier interés ante el nuevo producto.

“Windows 8 está en 60 millones de terminales en todo el mundo, y eso es lo que debe tenerse en cuenta”, fue la frase más repetida. Para volver a dejar en incógnita el número de personas que habían pagado por el 8, el porcentaje de actualizaciones y el de los receptores del nuevo software porque estaba preinstalado en nuevos terminales adquiridos.

De la misma forma, para los directivos de Microsoft España no existe la era post-PC ni predominarán las tabletas sobre su mercado natural. ¿Para que preguntar sobre las causas de la reducción del 4% del beneficio obtenido en su segundo trimestre de su ejercicio fiscal, recién presentado?  Ellos, sencillamente, hacen magníficos sistemas operativos para todo lo que se les ponga por delante. No recordar críticas o castigos bursátiles, por no hablar de frialdad del mercado, solo traduce el miedo de un gigante a perder su posición ¿o esto solo sucede en España?