El consumo de contenidos está cambiando. La creciente proliferación de dispositivos móviles, con la continua aparición de nuevos y mejorados smartphones y tabletas, ha dado lugar a que en solo un año el acceso a Internet desde este tipo de terminales se haya incrementado en un 82%, según el último estudio realizado por Nielsen. La tendencia seguirá en aumento, al menos en Estados Unidos, donde un estudio de la consultora IDC estima que los dispositivos móviles se situarán como la principal fuente de entrada a la red en 2015, superando a los PC. Ante este panorama las compañías del sector de la comunicación, pero también la mayoría de empresas con presencia en Internet, se encuentran inmersas en un proceso de adaptación del diseño y contenidos de sus webs a los nuevos dispositivos.
Frente a este proceso de transformación surge una pregunta: ¿Cómo estar seguro de que los contenidos se ven en todas partes? A esta y otras cuestiones intenta dar respuesta la experta en diseño y estrategia de contenidos Karen McGrane, con su obra ‘Content strategy for mobile’. La autora, que ha trabajado para medios como el New York Times, Condé Nast, el Atlántico o Time Inc., plantea la necesidad de trabajar con nuevos modelos que separen el contenido de la forma para adaptarse a la publicación multi-plataforma. Para ella, los actuales sistemas de gestión de contenidos (CMS), encierran a los mismos con una estructura pensada para la visualización web en PC, que si bien se puede adaptar a las dimensiones más pequeñas de otras pantallas como la de los móviles o tabletas, no está ideada para este tipo de terminales. Ante un mercado en el que emergen nuevos modelos de dispositivos, McGrane considera que en los próximos 3 o 5 años se producirá un “desacople” entre los contenidos y sus gestores de contenidos para adaptarse al nuevo entorno de consumo móvil.
En esta línea, la autora defiende una estrategia basada en la selección de contenidos muy estructurados y nuevos modelos informativos muy definidos que permitan un consumo multicanal. Para ello, plantea una estructuración semántica de los contenidos y la discriminación o elección de los distintos elementos de la pieza informativa en función del dispositivo de visualización, dando lugar a piezas a la medida y únicas para cada tipo de terminal. Solo en contadas excepciones, McGrane contempla la opción de construir los contenidos a través del modelo de diseño adaptativo (responsive design), que supone el ajuste automático de la interfaz a la anchura y profundidad de la pantalla.