Según el documento, en 2020 la demanda de vídeo online pasará de estar en un 33% a representar un 77%. Este incremento repercutirá en los servicios tradicionales de televisión, cuya audiencia caerá del 66% al 10%. Mientras, el consumo de vídeo en la Red crecerá año tras año de 90 exabytes a 1,1 zettabytes.
El informe pronostica, además, un aumento de 12 veces en el volumen de contenidos de vídeo en Internet a medida que los servicios en la nube, los nuevos sitios y las aplicaciones de redes sociales se basen en vídeo accesible en cualquier lugar y momento. En este sentido, el documento señala que los servicios de vídeo bajo demanda, como servicios premium de películas de alta definición, serán cada vez más populares durante los próximos cinco años.
Por todo ello, las redes IP sufrirán un elevado desgaste para cubrir toda esa demanda, por lo que podrían quedar fácilmente saturadas si las operadoras no ponen las medidas necesarias. Bell Labs estima que la red necesitará no sólo más recursos, sino también más inteligencia para poder suministrar servicios sofisticados de vídeo e Internet de alta velocidad.
“Si este problema no se gestiona adecuadamente, el rápido crecimiento en el tráfico de vídeo puede transformarse en un auténtico desastre. Es importante ver dónde tendrán más impacto las inversiones de los proveedores de servicios, y esta investigación revela claramente que la frontera de las redes IP tanto fijas como móviles – que cada vez más se están volviendo una misma cosa – ofrece la mayor oportunidad para mejorar las prestaciones de la red. Al mismo tiempo, es también la mayor fuente de riesgo si no se gestiona apropiadamente”, señala Marcus Weldon, director técnico de Alcatel-Lucent.