El joven presidente mexicano tiene ante sí un panorama nada envidiable a tenor de los intereses que afectará las políticas anunciadas en su primer mensaje a la nación como presidente de México. Al enfrentamiento con el narcotráfico, que ya lleva 60 mil muertes tras la guerra que le declarara su antecesor en el cargo, Felipe Calderón, se le suma la búsqueda de competitividad en negocios, como el de las telecomunicaciones y la televisión, dominado por unos pocos.
En efecto, Peña Nieto anunció que en los próximos días enviará una iniciativa al Congreso para reconocer en la Constitución el derecho de acceso a la banda ancha y un conjunto de reformas para generar mayor competencia en telefonía, servicios de datos, televisión y radio.
En lo que respecta a la televisión, el mandatario afirmó que el gobierno federal licitará dos nuevas cadenas de televisión en abierto en los siguientes meses. Con todo, el problema para el dirigente del PRI es su estrecha vinculación con el Grupo Televisa. Incluso, no son pocos los analistas, conocedores de los entresijos del poder mediático mexicano, que aseguran que Peña Nieto es una apuesta personal de Emilio Azcárraga, director general de Televisa, quien, y a modo de adelantarse a los comentarios maliciosos, rápidamente celebró que el Pacto por México, firmado por las principales fuerzas políticas del país y por el propio presidente, impulse una mayor competencia en los sectores de televisión y telecomunicaciones, según informó Notimex.
América Economía alertó que no le queda otra alternativa a Peña Nieto que quitarle poder a Televisa, que controla el 70% del mercado de la televisión en abierto del país. “Durante la mayor parte de su historia, por obra y concesión del gobierno, Televisa monopolizó todos los canales y todas las pantallas de México, y siempre retribuyó el favor dándole su apoyo irrestricto al gobierno y a los candidatos del gobierno. Fue sólo al final de las siete décadas de reinado del PRI que se abrió el mercado a una segunda cadena, TV Azteca. Esto amplió un poco las opciones de programación para los televidentes, pero no significó apertura ni transparencia, y ni siquiera fomentó la competencia, que son las tres cosas que debe impulsar el nuevo presidente de México”, describió, así, el escenario la revista económica.
Es más: la publicación augura que no será fácil porque “Televisa lo ayudó a ganar las elecciones. Y más difícil será si acaso son ciertas las acusaciones de que Peña Nieto pagó bajo la mesa a Televisa para que le construyera una imagen de candidato ganador, actuando como una especie de asesora de marketing en la sombra”.
América Economía recordó que el duopolio Televisa-TV Azteca controla el 95% de la oferta televisa en abierto, y el reciente anuncio de que se abrirá la licitación de una tercera cadena de televisión podría predecir más apertura. “La Comisión Federal de Comunicaciones (CFC) permitió a Televisa comprar el 50% de la telefónica móvil lusacell, propiedad de TV Azteca, a cambio de que ambas cadenas dejen de oponerse a la licitación de la tercera cadena de televisión”, aseguró la publicación.
“La decisión promete una tercera cadena de televisión, pero también amplía el poder duopólico de Televisa y TV Azteca, al convertirlos en socios en la telefónica lusacell y facilitar que sus programas de televisión lleguen a los mexicanos por las pantallas de sus teléfonos celulares”, continúo América Economía poniendo blanco sobre negro.
¿Y quien tiene el dinero suficiente para hacerse de esa tercera cadena? Carlos Slim, el hombre más rico del mundo y propietario de Telcel, la mayor empresa de telefonía móvil de México, y de América Móvil, la primera operadora de telefonía móvil de América Latina. ¿Se podría entonces estar ante un juego de tres? La respuesta al tiene Peña Nieto y la apertura – amplia o no – que haga del espectro radioeléctrico.
Peña Nieto no está solo
Si bien es cierto que la última palabra la tiene siempre el presidente, en el Pacto por México, que firmó con el resto de las fuerzas políticas, se detalla que en materias de radio y televisión se licitarán más cadenas nacionales de televisión en abierto con mejores reglas de operación, como la obligación de los sistema se cable de incluir de manera gratuita señales de radio difundidas (must carry).
En cuanto a telefonía y servicios de datos, el Pacto por México incluye la regulación a cualquier operador dominante en telefonía y servicios de datos para generar competencia efectiva en el sector y eliminar barreras a la entrada de otros operadores, incluyendo tratamientos asimétricos en el uso de redes y determinación de tarifas.
¿Qué dice Slim a todo esto? Nada, al menos por el momento y en público.
Radiografía del sector que recibe a Peña Nieto
• 6.7 millones usuarios de televisión de paga vía satélite.
• 5.8 millones usuarios de televisión de paga por cable.
• 166,033 suscripciones usuarios de televisión de paga vía microondas.
• 16.6% de hogares tiene una televisión digital.
• 98.9 millones usuarios de telefonía móvil.
• 20.1 millones de usuarios de telefonía local.
• 10.04 millones de usuarios de banda ancha móvil.
• 83% de hogares en México cuentan con una televisión.