Para empezar, el autor destaca que el gasto en optimización SEO y herramientas de motores de búsqueda en América del Norte en 2012 será de 22.900 millones. “La búsqueda de pago implica anuncios en Google, Facebook y LinkedIn”. Añade que una empresa de SEO ayuda a sus clientes a mejorar su posicionamiento en buscadores, algo fundamental actualmente porque cerca de un 42% del tráfico de búsquedas pincha en el primero resultado y el porcentaje cae drásticamente hasta el 1% que se lleva la undécima entrada. “Los ingresos de la industria de la búsqueda son mayores que los ingresos por publicidad en el sector de la prensa”, subraya Harris.
El autor lamenta que la industria de la impresión, en lugar de expandirse en esta área, hayan culpado de sus males a Google y al “Huffington Post”, a los que llaman “parásitos” por ser agregadores de noticias. “Es interesante señalar que recientemente Rupert Murdoch ha invertido su decisión de no permitir que sus artículos de “The Times” aparecieran en el ranking de Google. Al parecer los periódicos de Murdoch necesitan ese tráfico”, resalta Harris.
El autor destaca, además, que el “Huffington Post” se lanzó en 2005 y Google News en 2006, mientras que la caída del sector de la impresión ya había comenzado años antes de la puesta en marcha de cualquiera de los dos. ¿Qué otras causas pueden ser responsables del desplome”. Harris no lo duda: “En buena parte la muerte se debe a los mil recortes”. Por otro lado, la gente cada vez consume más información a través de vídeo, como pone de manifiesto el hecho de que YouTube tiene 4.000 millones de visitas al día. “Entonces, ¿en qué negocio están los periódicos? ¿En el de la impresión? ¿En el de las noticias? ¿En el de la inmediatez?”, se cuestiona el autor.
El artículo concluye con afirmaciones claras: “En última instancia, la caída se debe al fracaso de la industria de los periódicos para adaptarse a las fuerzas del mercado, el hecho de no cambiar tan rápidamente los patrones de consumo de noticias del público. Los periódicos han fallado hasta ahora en adquirir las habilidades necesarias para la prensa escrita en el siglo XXI. La industria no ha sabido comprender cuán profundos y profundos son estos cambios”.