La cúspide de la inteligencia tecnológica mundial es Watson, el sistema experto de IBM capaz de entender el lenguaje humano, incluso los juegos de palabras y los sarcasmos, relacionar preguntas y sacar sus propias conclusiones para contestar preguntas complejas al instante. Lo mejor es que aprende con la experiencia y en el contexto. Una vez entrenado, sigue aprendiendo el solo mientras trabaja, y cada vez sabe más. Es una especie de doctor House que IBM probó en 2011 en Jeopardy, el afamado concurso de preguntas y respuestas que lleva 48 años en la televisión estadounidense. Ante el asombro de los teleespectadores, ganó a los dos campeones históricos del concurso. Es como IBM pudo demostrar la madurez comercial de una tecnología investigada durante más de tres décadas.
El Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York ha sido el primer gran hospital privado que ha comprado a Watson. Otros hospitales le imitan, aunque tardará en estar listo porque el entrenamiento lleva un mínimo de un año. “Se esta educando a Watson para ser un medico, le dan los registros y todo la información de los pacientes de los últimos cuarenta años. Los médicos mantiene con él diálogos en lenguaje natural, le dan la información de las pruebas de los pacientes. Watson les indica el diagnóstico con un porcentaje exacto de acierto, sugiere pruebas para aumentar la certeza y les explica su razonamiento. Los médicos están aprendiendo los unos de los otros, gracias a él”, explica Salvador Martínez Vidal, IBM Global Managing Director.
IBM se ha comprometido a poner un Watson en la palma de la mano de la gente. “Poder tener en el bolsillo algo que te hable de una forma inteligente. La tecnología esta entrando en una era nueva, aunque muy pocos lo pueden ver. Necesitamos tiempo para implementar Watson en un entorno real”, asegura Martínez Vidal.
Watson se convertirá en imprescindible en cualquier entorno que deba tomar decisiones. “En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro podrá predecir el riesgo de inundación por lluvias que habrá en un metro cuadrado y con 36 horas de anticipación. Eso es relevante porque si estás en el metro cuadrado equivocado te hundes ladera abajo. El alcalde de Río se ha vuelto adicto a nuestro laboratorio y nos llama todos los días pidiéndonos mejoras de Watson”, añade Martínez Vidal.
Watson también trabaja en Estambul. En esa ciudad, IBM colabora con uno de los grandes operadores de telecomunicaciones para predecir el movimiento exacto de 2,6 millones de personas, a través de su móvil. “Te dice donde están, y anticipa su movimiento. Eso es vital para un alcalde, puede programar los semáforos, los autobuses, el metro, incluso varias el precio de las vallas publicitarias en función de la gente que vaya a visualizarlas”, asegura Martínez Vidal. Sus posibilidades son infinitas. Cuando sea un habitual de las grandes empresas podrá llegar a nuestros bolsillos para aconsejarnos en nuestras decisiones. ¿Cuál será el siguiente paso?
Si (
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