La indignación con el plan -calificado de "miserable por el comité de empresa- llevado a cabo por el presidente del diario, Juan Luis Cebrián, aumenta en los pasillos de Miguel Yuste con cada nuevo anuncio, debido especialmente a sus declaraciones tras anunciar el ERE: “No podemos seguir viviendo tan bien”, aseguró. La plantilla clamó contra ello, debido a que Cebrián se embolsa 13 millones de euros al año.
Por eso, la redacción tomó posiciones en la última asamblea programando un calendario de 18 días de huelga, la renuncia a firmar las informaciones a partir de la presentación del ERE y la petición al propio Cebrián a que renuncie a parte de su sueldo. Acusaron al presidente del diario de “falta de lealtad” y de realizar una “nefasta gestión”, por lo que le instaron a que devolviera “buena parte de los millones de euros que ha cobrado en los últimos años”.
La indignación contra Cebrián aumentó aún más después de que éste asegurase que el periódico necesita profesionales con “un perfil digital”. “Lo dice él, que tiene que recurrir a su secretaria para abrir un email porque no sabe hacerlo solo”, manifestaba tras conocer las declaraciones un miembro importante de la redacción del diario. También se refirió a que la tercera edad de los periodistas comenzaba a los 50 años, otro comentario que desató el enfado de la redacción. “Un colega hizo un artículo casi gratis y al quejarse le espetaron: ¿Cuánto tardaste? Y respondió: 30 minutos, pero he tardado 30 años en hacerlo en 30 minutos”, replicaron desde Miguel Yuste.
“¿No habría sido mejor decir: la cosa está mal y, por desgracia, tenemos que hacer un ERE y ahorrarse todos estos discursos?”, se preguntaba otro periodista de “El País” la semana pasada. Tras el anuncio, el director, Javier Moreno, habló con todas las secciones y apeló a su responsabilidad como periodistas para seguir trabajando sin que el anuncio repercuta en su rendimiento. Les dijo, según miembros de la redacción, que en la situación por la que atraviesa España, el periodismo es fundamental y que no podían olvidarlo. Añadió que “el grupo Prisa está arruinado”.
Los mensajes no sirvieron, sin embargo, para calmar los ánimos. “El ERE en El País es la puntilla definitiva a la mermada credibilidad de la línea editorial del periódico. Pone de manifiesto errores en la gestión de la empresa. Errores que aniquilan una cabecera más necesaria que nunca. También supone el divorcio definitivo entre trabajadores y empresa. Los lectores acaban de perder su periódico”, aseguraba otro periodista de Miguel Yuste. La situación en la redacción en los últimos días ha sido muy complicada, y cada uno hacía sus propias cábalas acerca de quién seguiría y quién no. La creencia generalizada es que el mayor recorte de plantilla lo sufrirían las delegaciones, después de que la empresa anunciara la eliminación de los cuadernillos regionales de Galicia, Valencia, País Vasco y Andalucía.
Pese a todo, hasta que no terminen las negociaciones no se sabrán los nombres de los afectados. "No sabemos ni queremos saber los nombres de la lista de despedidos. Queremos luchar unidos. Además, quien no esté en esta lista del ERE, estará en la próxima y, si no, en la siguiente..", aseguraba un redactor. Sí se conoce, por ejemplo, que de los 21 periodistas que trabajaban en la delegación de Andalucía se quedarán sólo ocho.
El enfado se debe también a que el rotativo ha cosechado 35 años ininterrumpidos de beneficios, según una comunicación interna que asegura que 2012 será su primer ejercicio en pérdidas: en torno a dos millones de euros que podrían aumentar a siete el próximo año. Añaden que la editora de “El Mundo” hizo un ERE de dimensiones parecidas pero tras presentar un saldo negativo de 10 millones en el primer trimestre de 2012, un periodo en el que las pérdidas de El País eran de 3,3 millones.
Lo cierto es que los números de “El País” últimamente no cuadran: su difusión con respecto a 2011 ha caído un 8,82%; la venta de ejemplares al número más las suscripciones individuales ha descendido en un 11,49% -la media de la prensa en España es de -9,04%- y los ingresos de publicidad en papel han bajado un 23,39% -la media es de 18,59%-
Ante este panorama, cada vez cobra más fuerza la posibilidad de que el director Javier Moreno, abandone su cargo, aunque la compañía no ha decido aún quién sería su sustituto. Las miradas apuntan, sin embargo, a alguno de los actuales subdirectores.