Nombres como Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Julio Cortazar o ahora Ricardo Piglia, entre tantísimos otros, hizo de Argentina el centro cultural de Iberoamérica. También, y seguramente influidos por tanta lectura y psicoanálisis, los argentinos viven más pendientes de las noticias que de las películas o los goles de la jornada. Dato también curioso si se tiene en cuenta la importante industria cinematográfica del país o la pasión con que en las tierras del ahora francés Carlos Gardel se vive el fútbol.
Volviendo a la tele, los principales jugadores de la oferta informativa son TN, C5N, Canal 26, América 24, Crónica TV, CN23, 360 TV y la cordobesa CBA 24N. De éstos, los tres primeros están entre los diez canales más vistos del centenar que pueden recibirse mediante la televisión de pago. Justamente, la alta penetración de la televisión por cable contribuye a la existencia de tantas señales informativas; si bien, cosa que resulta obvio, sin audiencia que los sotengan no proliferarían los canales informativos. Y en este punto retornamos al principio.
La politización – y el espíritu de debate, que les lleva a cuestionar todo – que caracteriza al argentino sin duda promueve y fomenta la creación de tantas señales informativas. Pero también existe otro fenómeno, íntimamente relacionado con este último: en una sociedad inquieta la manipulación de las noticias la empuja a buscar otras fuentes de información, o al menos a preservar con su apoyo como televidente a medios que considera independientes. La especialista Adriana Amado Suárez, presidenta del Centro para la Información Ciudadana recuerda, en un artículo en La Nación firmado por José Crettaz, que el sociólogo Manuel Castells demostró que la manipulación de las noticias lo único que consigue es que la audiencia busque otras fuentes de información. “Especialmente cuando el ciudadano puede constatar por sí mismo lo que está pasando, como ocurrió en este caso (la cacerolada contra la presidente Cristina Fernández)."
El 13 de septiembre se produjo la mayor cacerolada contra el Gobierno de la viuda de Néstor Kirchner y, como sucediera en España con TVE en ocasión de la protesta del 15-S, las televisiones cercanas al oficialismo minimizaron el descontento popular uniformando el discurso.
“En efecto, una sugestiva coralidad se percibió en la cobertura de aquellas manifestaciones. Para C5N, los cacerolazos fueron contra el cepo al dólar y los viajes al exterior, la misma expresión que usó Canal 26, durante el breve flash que mencionó el tema antes de que a las 21 lo empezara a abordar en profundidad. CN23, en cambio, fue directo a los presuntos responsables: Cacerolazos agitados por la oposición, puso en pantalla. La señal América 24 no dejó en ningún momento las novedades del caso Candela -con la conducción de Mauro Viale- y cuando finalmente anunció las manifestaciones tituló: Protesta en la ciudad contra el cepo al dólar y viajes al exterior", observa Crettaz. Todos ellos medios en manos de amigos del poder y que apuntalan el relato K. Pero hay más. Crettaz añade que “Crónica TV emitió entrevistas de Anabela Ascar a dos coleccionistas empedernidos, sólo interrumpidas algunos minutos por imágenes de las calles tomadas por las cámaras de tránsito. Para TN, en cambio, primero había sido una "protesta contra el Gobierno", y más tarde, cuando la cantidad de gente en la calle crecía, mutó en fuerte protesta y movilización". TN (Todo Noticias) es la señal del Grupo Clarín, hoy enfrentado a la Administración Kirchner.
Es incluso hasta natural que los Gobiernos quieran controlar el relato de la actualidad. Unos lo hacen con más éxito que otros. O con más desparpajo. En este punto, el PP de España y el Frente para la Victoria de Cristina Fernández de Kirchner, tienen mucho que compartir. Pero a diferencia del español, la argentina lo tiene más difícil por la cantidad de “telediarios” que debe enfrentar las 24 horas del día. Aunque, sí tiene un arma, la pauta publicitaria, que Rajoy, gobernante en épocas de vacas flacas, no puede disfrutar con tanta generosidad.
Así las cosas, el interrogante es hasta qué punto el negocio de la información puede sostenerse con tanta oferta en un mercado, como cualquier otro, con recursos limitados. Para Crettaz a falta de un mercado publicitario que sostenga tanta oferta, el flujo de fondos de la pauta oficial es clave. “En el primer semestre de este año, dice, según un reporte publicitario que contabiliza los anuncios emitidos, el gobierno nacional destinó unos 30 millones de pesos (euros) a sostener estos canales (amigos). Un 30% de esos recursos fueron a C5N, para TN apenas el 1% y el resto se repartió casi en partes iguales entre CN23, Canal 26 y Crónica TV. Los canales C5N, CN23 y 360 TV tienen además otros privilegios del Estado: por decreto fueron invitados a participar de la televisión digital, que los transmite a más del 70% del país sin que haya ningún tipo de contraprestación económica para el Estado”.
“Cuando tenía toda la prensa en contra gané las elecciones; cuando la controlaba me echaron”, no se cansaba de repetir Juan Domingo Perón. Cristina Fernández haría bien repasar las enseñanzas de su líder. Es que, en el país de los psicólogos, a más manipulación informativa, más oferta de noticias.
Y mayor erosión de la credibilidad.
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