Los editores franceses no han tardado en reclamar reformas similares. “Esta ley es para nosotros una fuente de motivación e inspiración. Demuestra que a pesar de la intensa presión de los jugadores de Internet, los editores alemanes han logrado convencer a los Gobiernos de la necesidad de compartir del valor creado”, explica Marc Feuillée, presidente del sindicato de los diarios nacionales franceses, en unas declaraciones recogidas por “Les Echos”.
El sindicato, que este verano se ha reunido con representantes de diferentes ministerios, debe ahora enviarle propuestas al Gobierno. Aseguran que reclamarán para la prensa on-line el tipo de IVA reducido del 2,1%, reservado ahora al papel. Otra de las propuestas consiste en la creación de “derechos conexos”, que sería un derecho de uso de sus contenidos a través de portales de Internet y motores de búsqueda, por lo que seguiría el modelo de Alemania. Quieren, además, sacar algún beneficio de las ventas de productos como ordenadores, teléfonos inteligentes o tabletas.
“Sus fabricantes tienen contenido sin compensación alguna”, argumenta Feuilleé, que asegura haber recibido una recepción favorable por parte del Gobierno en sus primeros contactos. Los editores saben, en cualquier caso, que la batalla será dura. Solo tienen que mirar a Alemania: el proyecto de ley ha sido duramente criticado por los partidos de la oposición y por la industria de la informática.