Ingram explica el caso de Penny Arcade [ENLACE], que publica cómics online y vende objetos relacionados con la publicación, y que está tratando de reemplazar los ingresos que recibe por publicidad con la financiación de sus fans. El autor explica que al poner en marcha el proyecto, el escritor Jerry Holkins y un compañero se las apañaron parar llevar a cabo el proyecto a través de donaciones directas y venta de productos, pero que a medida que el sitio se hacía más grande vieron que podrían ofrecer publicidad para seguir creciendo. Ahora, con la evidente caída de la publicidad, los dueños se han preguntado si podrían volver a recaudar suficiente dinero como para prescindir de los anuncios.
“La gente se pregunta a menudo cómo puede apoyar al sitio de una manera que no implique comprar camisetas, y creo que esta puede ser una forma”, explica uno de los responsables del proyecto. El objetivo inicial de la campaña, que finaliza el 15 de agosto, es recaudar 250.000 dólares que permitirán prescindir de la publicidad más agresiva. Si consiguen más dinero, eliminarán todos los anuncios de la web durante todo un año.
Ingram se pregunta si este modelo podría ser imitado por otros editores: “El experimento de Penny Arcade tiene un tono humorístico, pero la intención que hay detrás de todo eso es muy seria. Quieren convertirse en un negocio totalmente centrado en el lector y que responde solo ante sus fans y sus seguidores”. El autor apunta que “en cierto modo” el crowdfunding es la “extensión última del modelo que el “New York Times” y otros editores tradicionales han tomado con paywalls y otros planes de suscripción”. La diferencia, dice Ingram, es que Penny Arcade y proyectos como “Matter”, en lugar de golpear a los lectores como un paywall cuando tratan de leer algo, piden fondos por adelantado antes de que el contenido haya sido creado.
“Para que los demás medios puedan adaptar este modelo, primero tienen que haber construido una base de seguidores tan sólida como la de Penny Arcade, que en menos de 24 horas ha logrado casi un tercio de la cantidad de dinero que estaba buscando,” concluye el autor.