En España, ya hay compañías que han sabido aprovechar ese tirón y muchas otras están naciendo con el propósito de desarrollar aplicaciones. Algunas llevan al móvil las funciones de una web, como Minube.com, y otras, como Red Karaoke, han abierto oficinas en Estados Unidos para buscar mejores opciones de financiación.
Expansión advierte de que, a pesar del auge del sector, en el negocio no todo es sencillo, ya que promocionar una aplicación móvil resulta más difícil de lo que puede parecer a primera vista y muchos proyectos han tenido que ser retirados o reenfocados. El mayor problema se debe a que, en su mayoría, estas aplicaciones son gratuitas y no es sencillo rentabilizarlas, ya que los pequeños comercios son aún reacios a publicitarse en este tipo de plataformas y los grandes anunciantes exigen un número de usuarios muy superior al que la mayoría de las compañías puede ofrecer.
Ante este panorama, los desarrolladores están optando por modelos con comisión por ventas y, sobre todo, por la alternativa freemium, en la que la descarga es gratuita pero se paga por la compra de bienes virtuales o servicios añadidos. Existe, en cualquier caso, un problema añadido: tanto Apple como Google se quedan con una parte de las ganancias que se generan a través de sus plataformas.
Con todo, hay aplicaciones desarrolladas en España que están cosechando éxitos. Uno de los casos más significativos es el de Red Karaoke, que surgió en el entorno web pero vivió su auge con la creación de las aplicaciones. Cuenta con un millón de usuarios registrados en todo el mundo. Otro ejemplo de éxito es el de la comunidad de viajes Minube, que en un año ha conseguido 650.000 descargas. Zeerca, con 60.000 descargas y Lookad, con 80.000 desde febrero, se suman a una lista que completan Carritus y Mitmi.