Sus fundadores, Evan Ratliff y Nicholas Thompson, publicaban en “The New Yorker”, “The New York Times Magazine” o “Wired” y se dieron cuenta de que los encargos que recibían y los ingresos que obtenían eran cada vez menores. Por eso, arriesgaron creando una plataforma pensada para dispositivos móviles que apostaba por el periodismo de calidad y los reportajes extensos. Jefferson Rabb les dio el apoyo técnico que necesitaban y The Atavist se convirtió en una realidad a principios de 2011. Desde entonces, han publicado 15 obras de formato largo –ellos dicen que son “más largas que los artículos de la mayoría de las revistas, pero más cortas que un libro”- y se han ganado el elogio de casi todos los expertos.
Y todo ello a pesar de que los inicios fueron duros. “Cuando explicábamos nuestra idea, la gente nos decía que estábamos perdiendo el tiempo”, recuerda Ratliff en un artículo en “The New York Times”. Pero la gente estaba equivocada porque la idea recibió muy buenas críticas desde el principio. Consiguieron, de hecho, más de un millón de dólares y entre los patrocinadores del proyecto cuentan ya con Eric. E. Schmidt, de Google; Marc Andreessen, de Netscape; Peter Thiel, de PayPal y Sean Parker, de Facebook.
La descarga de la aplicación es gratuita, pero los usuarios deben pagar entre 2 y 3 dólares por acceder a cada historia. Hasta el momento está disponible para Kindle, Nook, iPad, iPod, iPhone y ordenadores. Buena parte de su éxito se la deben a la forma en la que han conseguido conjugar textos largos y contenidos multimedia. Incluyen vídeo, audio –en ocasiones el lector puede escuchar la historia si prefiere no leerla- extractos de música, una guía de los personajes que aparecen en el reportaje…todo ese contenido, en cualquier caso, se puede desactivar si así lo desea el usuario, que elige, además, el tamaño del texto en un diseño sencillo porque, según aseguran sus creadores, lo importante aquí es el “buen periodismo”. “The Atavist está explotando la necesidad de contar historias en multimedia”, ha resaltado Schmidt, de Google, en “The New York Times”. “En el mundo digital, hay un espacio infinito, pero de alguna manera esto no ha dado lugar a un florecimiento de los recordados reportajes largos”, explicaba Ratliff cuando puso en marcha el proyecto. The Atavist lo va consiguiendo.