El experto francés dice que la situación de la prensa en Latinoamérica es diferente a la que viven Europa y Estados Unidos. ¿Los motivos? Fogel señala, en primer término, que la prensa escrita mantiene su status. “La clase media quiere tener coche, vacaciones en el exterior y le va bien para su imagen leer un periódico”. A fin de escenificar el peso de los diarios de la región, para Fogel hoy el diario tradicional ya no es The New York Times sino el Folha de Sao Paulo. “Eso nos lleva a decir que la prensa de América Latina vive los años dorados que vivieron en su momento la prensa europea y americana”, sin embargo, añade, “lo que no significa que al final no termine debilitándose como aquellos”.
La pregunta es cuándo se formalizará la mala noticia. Interrogante que la periodista del medio colombiano Semana le plantea. Fogel sospecha que la aparición de los smartphones va a tener un tremendo impacto en la región. “En las últimas décadas se volvió común ver cómo las familias que vivían en los barrios marginados de las grandes ciudades latinoamericanas no tenían casa propia, pero sí un televisor. Esa era una manera de sentir que pertenecían a la sociedad. Bueno, pues estas familias son las mismas que hoy tienen un celular. Esas personas van a utilizar ese celular como un computador pequeño y van a entrar al mundo digital por esa vía, no comprando una tableta o un computador cuyo precio es muy alto para su bolsillo”.
Ya fuera de América Latina, el experto francés no duda en afirmar que el medio más afectado por la irrupción de Internet es la prensa escrita. Recuerda que Le Monde estaba en la cumbre de rentabilidad en el año 2000; pero a partir de entonces fue perdiendo publicidad, circulación e influencia. “Tuvo que ser vendido por la cooperativa de periodistas a un empresario de teléfonos móviles. El País de España, a pesar de que sigue siendo un diario potente a nivel de marca, tuvo que reducir su personal y sus costes. Ese periódico, como todo el Grupo Prisa, fue vendido a un conjunto de accionistas, que a su vez vendieron ya una parte a Carlos Slim”, subraya.
Claro que, como en todos los ámbitos de la vida, está la excepción que confirma la regla. En este caso, el Bild Zeitung. “Es un diario que no solo se lee, sino que se mira. Hay una cierta eficacia en las páginas, con fotos grandes, titulares llamativos, tal y como sucede todavía en Francia con la mayoría de las revistas femeninas que siguen teniendo un gran impacto. Me refiero a Elle, Marie Claire, Femme Actuelle”, afirma.
Fogel, especialista en prensa digital, recuerda cómo se fueron dando las distintas etapas hasta concluir en la situación actual de claro predominio de la Red. En diciembre de 1994, cuenta, cuando se creó el primer navegador, el Netscape, surgió la prensa digital. Desde entonces, sigue, pasaron 15 años y las cosas cambiaron mucho y en muy corto tiempo. Según Fogel, se vivieron tres etapas. La primera, dice, fue cuando los medios tradicionales pusieron en línea sus contenidos y se vanagloriaban de haber encontrado otro canal de distribución. La segunda etapa, continúa, fue cuando apareció Google en el año 98 y modificó totalmente el comportamiento de la audiencia. “Antes había una oferta de los medios y era el público el que escogía. Con Google el público puede buscar lo que quiera en la red, sin sentarse a esperar a que le ofrezcan nada. Google vuelve a la gente el dueño del juego”.
Así, Fogel llega a la tercera etapa, que es, según él, la que más nos costó entender. El experto la ubica entre los años 2005 y 2007. “Esa etapa es una mezcla de redes sociales en donde está Facebook, Twitter, el teléfono celular –la movilidad aparece– y YouTube, de pronto la palabra retrocede frente a la imagen. Todo esto configura un nuevo paquete que cambia de nuevo el comportamiento de la audiencia. Ahora hay sitios que descubren que el 30% de sus entradas provienen de Facebook, es decir que viene a través de la recomendación de un amigo”.
¿Es entonces el fin de del periodismo, de los medios tradicionales tanto en su versión escrita como digital? Fogel recoge el guante: “Yo como periodista entro muy poco a sitios de los medios en Internet porque la información me llega por las redes sociales”. Usted saque su conclusión.