“Soy el accionista número 15, no creo que ninguno de ustedes sea más antiguo que yo en la compañía, llevo mucho tiempo perdiendo dinero con esta cadena, y me avergüenza retirarme ahora con tanta pérdida, aunque mi mujer me insiste en que si no lo hago perderé hasta la camisa”, espetó Santos Jiménez a Paolo Vasile, ceo de Mediaset España, que estaba acompañado del ilustre y encorbatado consejo de administración de la empresa. Santos Jiménez no se amilanó, enfundado con un jersey verde luminoso, acusó a todo el consejo de no merecer sus sueldos, “quiero que me expliquen los apartados seis, siete y ocho (referidos a la política retributiva de los consejeros y la concesión de nuevas opciones sobre acciones), porque si la cadena gana solo para ustedes, y no demuestra que sea la mejor. Ustedes no merecen más retribuciones este año”. Aplauso cerrado del resto de accionistas, también cabreados por recibir un pírrico dividendo, y ver que la acción cae en bolsa.
Hubo más preguntas en esta línea, pero ninguna con la claridad de exposición ni con el desparpajo a la realizada por Santos Jiménez. Mercedes Milá, espectadora en la representación de la Junta, cayó rauda sobre el accionista número quince para invitarle a su programa, segura del juego que podrá dar. La charla entre los dos culminó en sonrisa. En este momento se desconoce si Santos Jiménez acudirá solo, o irá acompañado de la todavía más cabreada esposa.