Ian Hislop, director del rotativo quincenal, desoyó las advertencias de quienes hace una década le aconsejaban subir su contenido gratis a Internet. Diez años después, su distribución ha crecido en un 17% (de 176.000 ejemplares a 206.000), y como hace 50 años, cuando se fundó, para leerlo hay que acudir al quiosco o suscribirse.
A finales de la década de los 90, Ian Hislop no quiso hace caso a lo que todo el mundo le decía que tenía que hacer para no perder lectores: “Tienes que poner al ‘Private Eye’ ahí, tienes que estar, todo el mundo quiere tenerlo todo gratis”. Hislop no veía claro el modelo de negocio, y con el tiempo comprobó que no solo no ha perdido lectores, sino que los ha ganado, como afirma Nu Yang en Editors and Publishers.
El periódico tiene web (private-eye.co.uk), pero la información completa de sus últimos números, con noticias, viñetas, periodismo de investigación y cotilleo político solo se encuentran en su versión en papel, que en los últimos diez años ha subido el precio 50 céntimos de libra esterlina.
Para Hislop, el éxito de su cabecera es "simple": se ha negado a "devaluarse a sí mismo regalando su producto gratis".