Nokia, que vivió días de gloria y champán con sus modelos de móviles inteligentes, cometió el peor de los pecados: se durmió en los laureles; y al despertar de su sueño notó, con desesperación, que no sólo habían transcurrido dos décadas de su gran triunfo, sino que ya no era lo que había sido en el mercado móvil. A su cabeza le habían birlado la Corona. Qué hacer, ¿escuchar ese tango que asegura que “veinte años no es nada”. No parece una buena idea, sobre todo porque es casi seguro que a los directivos de Nokia cuando escuchen esa letra con fondo de acordeón, “se les piante (escape) un lagrimón”.
Quizás porque el tango les recuerda el tiempo perdido, los finlandeses se volcaron por los más románticos y soñadores boleros mexicanos. Y razón no les falta: ellos sueñan con devolverle a la empresa el lugar que nunca debió perder. Y, viendo la avidez de los mexicanos por los teléfonos inteligentes, la segunda economía de América Latina es el sitio idóneo para el relanzamiento.
Claro que en tierras aztecas se las tendrá que ver con RIM, el fabricante de Blackberry y actual number one de la región. ¿Cómo desalojará Nokia a RIM del trono? Stephen Elop, CEO de la proveedora de aparatos, dice tener la estrategia adecuada. O, para ser exactos, la doble estrategia. La primera fue dividir el segmento en dos, uno dirigido al sector con alto poder adquisitivo, a través de Nokia Lumia, recientemente presentado en Barcelona, y otro al target medio, al que va dirigido el Nokia Asha. Este último caso, asegura América Economía, necesitó de un acuerdo con Microsoft para operar con la nueva versión del sistema operativo Windows Phone.
“Nokia está atacando por sectores: hace tres años sólo había teléfonos inteligentes, hoy tienes los originales, los que se quieren parecer, los de rango alto y los de rango medio”, explica a la revista Ernesto Piedras, director de CIU, quien además considera un error de percepción que Nokia esté en la lona. Según los datos de CIU, al tercer trimestre de 2011 había 12 millones de teléfonos inteligentes en México. El vendedor más importante hasta ese momento era RIM, con 4,9 millones, y el segundo Nokia, con 2,2 millones, posicionado por arriba de Apple (1,5 millón) y Motorola (un millón y a la baja). El dato clave es que al mismo periodo de 2010 Nokia había vendido apenas 1,4 millón de unidades. Elop aporta otro dato: hoy en México hay más gente adquiriendo teléfonos inteligentes o con la decisión de hacerlo que en ninguna otra parte del mundo.
Con todo, y ya hablando a nivel regional, existe un obstáculo difícil de sortear: el precio. En América Latina el promedio del PIB per cápita de los ocho países con mayor ingreso está ligeramente debajo de los 12 mil dólares, mientras que el coste de los smartphones más avanzados del mercado ronda los 800 dólares, esto sin contar las rentas mensuales de los planes de voz y datos.
Nokia sabe que puede recuperar el terreno perdido. Y también sabe, como destaca Elop, el impulso que puede dar a toda la industria la convergencia de intereses entre las telefónicas y los fabricantes de smartphones. Ellos son, en definitiva, los que general tráfico de datos.