Las cifras de la Audit Bureau of Circulation publicadas en febrero muestran que ‘The Economist’ ha aumentado su circulación de pago – impresa y digital- hasta 1,59 millones de ejemplares durante el período de julio a diciembre 2011. La edición impresa todavía domina la audiencia de la revista semanal, con 1,49 millones de lectores en contraste con los 100.000 de su versión digital, tal como publica Reuters.
‘The Economist’, fundada en 1843, ha tardado 161 años en romper la barrera del millón de ejemplares en circulación. Rashbass predice que la revista alcanzará los 2 millones en 5 años, de los cuales más de la mitad procederán de las plataformas digitales. El crecimiento de ‘The Economist’ llega en medio de un ambiente hostil para las publicaciones impresas, que han visto cómo sus lectores y anunciantes han migrado a las plataformas digitales. Del mismo modo, las ventas de prensa en quiosco, un barómetro de la salud de la industria en general, han ido disminuyendo desde hace años, cayendo cerca de un 10% en el segundo semestre de 2011.
‘The Economist’, sin embargo, ha sido capaz de registrar ganancias récord en los últimos 4 años. La compañía reportó un incremento del 9% en los ingresos de 347 millones de libras (545 millones de dólares) y un aumento del 10% en sus ganancias operativas de 63 millones de libras (99 millones de dólares) en el año fiscal finalizado en marzo de 2010. Las cifras de su año fiscal más reciente, no estará disponible hasta el mes de junio. Parte del crecimiento de ‘The Economist’ se puede atribuir a las suscripciones. Una suscripción anual impresa, con acceso digital, cuesta 139 dólares en Estados Unidos. Tanto la página web de la revista como su aplicación móvil ofrecen contenido gratuito y de pago.
The Economist Group, que pertenece al 50% a Financial Times (Grupo Pearson ) y a la revista política CQ Roll Call, es menos dependiente de la publicidad impresa que muchas otras revistas. Sólo el 30% de sus ingresos proviene de la publicidad impresa y una tercera se deriva de la digital.
Martin Walker, de la consultora Walker Communications, atribuye el éxito de ‘The Economist’ a su enfoque contrario a la tendencia actual. Mientras otros semanarios apuestan por gráficos y artículos más breves así como la producción de vídeo, ‘The Economist’ está aumentando el número de historias de formato largo y no tiene ningún interés en producir vídeos. "En contraste con las empresas estadounidenses que buscan ampliar sus fuentes de ingresos a través del vídeo y las redes sociales, ‘The Economist’ quiere que su contenido destaque aún más por la calidad excepcional que merezca la pena pagar", señala Reed Phillips del banco de inversión De Silva & Phillips. "La inteligencia de masas” es el término que Rashbass utiliza para describir lo que la revista quiere lograr a través de su contenido. Él ve a ‘The Economist’ como una forma de acercar los medios de elite a las masas. Argumenta que el vídeo de buena calidad es caro de producir y no atrae lo suficiente a los lectores como para rentabilizar la inversión.