Pero este episodio, si bien el de más amplia difusión, no es el único, ya que el mandatario ha sostenido desde hace tiempo intensos enfrentamientos con los medios de comunicación, que lo han llevado a utilizar múltiples estrategias para, según él, "frenar los avances de la prensa corrupta", informa, en un extenso reportaje, el periódico El Tiempo.
Ya lo han advertido múltiples analistas: A falta de oposición política, Correa ha elegido a la prensa como su principal sparring.
Veamos cinco de las armas elegidas por el mandatario para controlar la prensa.
Ya son 19 los medios en poder del Estado
Desde los 40, el Estado contaba con la Radio Nacional, una frecuencia en AM, el único medio para transmitir la información oficial.
La llegada de Rafael Correa cambió drásticamente el panorama y con una política agresiva logró, en menos de cinco años, incrementar a 19 los medios de comunicación al servicio del poder de la "revolución ciudadana". Esto ha incluido agencia de prensa (Andes), diarios populares ('PP, el verdadero'), canales (Ecuador TV), y medios de Internet como 'El Ciudadano', diario digital con impresión mensual, y segmentos en TV pública.
Incautación en radio, TV y periódicos
La crisis bancaria de los años 2009-2010 hizo que el Gobierno incautara bienes de los banqueros para poderles pagar a los ahorradores y depositantes defraudados. La idea era subastarlos. Entre ellos, varios medios de comunicación. Desde julio del 2008, el Estado toma posesión, entre otros, de TC Televisión, Gama TV, CN3 (cable), Radio Súper K y Multicom.
Estos, principalmente los de radio y TV, cumplen una línea editorial alineada con el Gobierno.
El diario El Telégrafo pasó a manos del Estado en el 2007 como parte de la incautación al Banco del Progreso. El ministerio de Finanzas es el principal accionista, a fin de incrementar el sistema de medios públicos "que digan la verdad", según Correa.
Procesos y demandas judiciales
El primer proceso se abrió en mayo del 2007 contra el diario La Hora. Correa enjuició por 'desacato' al presidente del diario, Francisco Vivanco, por negarse a rectificar un editorial. En junio del 2008, un fiscal ordenó archivar el proceso al considerar que no se ofendió ni injurió al Presidente.
Su cruzada contra lo que ha llamado la prensa corrupta siguió el 28 de febrero del 2011 con la demanda civil, por daño moral, contra los periodistas Juan Carlos Calderón y Christian Zurita, autores del libro El Gran Hermano, que amplía la investigación de los millonarios contratos del hermano del presidente, Fabricio Correa, con el Estado. El libro cita como fuente al propio Fabricio para señalar que el mandatario sí tenía conocimiento de esas contrataciones. El mandatario pidió una indemnización de 10 millones de dólares, por considerar que el libro contiene hechos falsos que menoscaban, hieren y mancillan su dignidad y buen nombre. Los periodistas ya fueron sentenciados, en primera instancia, al pago de dos millones de dólares.
Luego siguió el ya conocido proceso contra el diario guayaquileño El Universo, al que denunció por injuria. La muy reciente ratificación de condena sienta un insólito precedente, ya que la Justicia halló culpables a los directivos del diario por lo escrito en una columna de opinión por un editorialista de planta.
Cambios en las legislaciones
En el 2009, el Gobierno eliminó la exoneración de impuestos al papel periódico y lo gravó con el 12 por ciento del IVA.
Luego, mediante pregunta en un referendo prohibió a dueños de bancos o accionistas de instituciones financieras tener participación accionaria en los medios de comunicación.
La pregunta 9 estableció que la Asamblea Nacional expida una Ley de comunicación para crear un Consejo que regule la difusión de contenidos.
Y recientemente, el Código de la Democracia establece que los medios no pueden incidir a favor o contra determinado candidato, postulado, opiniones, preferencias electorales o tesis política. El problema es, ¿quién lo determina?
Descalificaciones y burlas a los periodistas
Correa a menudo se queja del trato que le han dado algunos sectores de la prensa o periodistas al llamarlo 'dictador' o 'prepotente', entre otras expresiones. Sin embargo, han hecho carrera sus epítetos contra periodistas y medios de comunicación. He aquí algunos de ellos: Mentirosos, parte de la miseria humana, perros guardianes del statu quo, sicarios de tinta, buitres, pitufos, tipejo, cloacas con antena, tarzán de bonsái, gordita horrorosa, antipatriotas, cobardes, perros rabiosos, pelucones, agoreros del desastre, periodicuchos.