El nuevo ministro de Industria se ha atado los machos al enfrentarse al todo energético, turístico y de telecomunicaciones en su presentación en el Foro de la Nueva Economía. Miradas serias y asertivas, el ministro tenía más razón que un santo en su rápido desgranar de recortes. La clave fue combinar cada uno de ellos con una declaración de política posibilista, metiendo el dedo en la llaga de problemas históricos. La pregunta final fue ¿será posible la cirugía prometida?
En el turno de las telecomunicaciones aseguró que la Secretaría de Estado para las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (SETSI) “está trabajando en la liberalización del mercado para aumentar las competencias que permitan estimular la inversión de los operadores”. Eso conlleva la Reforma de la Ley de las Telecomunicaciones para “recuperar la unidad de mercado disminuyendo las barreras”, lo que permitirá el avance en el despliegue de las redes fijas y móviles “sin olvidarnos del espectro”. En definitiva, el ministro quiere simplificar el marco normativo que supone la existencia de tres niveles administrativos que se superponen en muchas competencias. Una auténtica maraña que durante años ha lastrado al sector, y del que los operadores se han quejado durante años sin obtener respuesta. ¿Será verdad, esta vez?
Hablo del regulador, que “deberá limitarse a regular”. Dijo estar haciendo un Plan Nacional de Redes Ultrarrápidas, que deberá “planificar esta inversión, y estimular la demanda y el consumo necesarios para instalar estas redes 4G”.
En Sociedad de la Información iremos de la mano de la Agenda Digital Europea. En este punto destacó el programa de modernización de las administraciones públicas. Habló de promover el e-commerce en las pyme y, sobre todo, en las Micropyme. Y volvió a recordar la necesidad de racionalizar el sector público, en este caso recordó al empresarial, para evitar duplicidades.