Los cambios en nuestro modo de vida que han introducido las redes sociales son tan profundos que resultan aún difíciles de valorar en toda su magnitud. Más allá de la curiosa estadística sobre los divorcios en Reino Unido, un reciente estudio del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información (ONTSI) confirma que las redes han dotado a los usuarios de un espacio de interacción virtual que complementa y amplía las relaciones que se levan a cabo en el mundo real.
El estudio desvela que éste es el principal atractivo de este nuevo medio de comunicación, que se ha convertido en un ecosistema propio, en el que también se incluyen unas consecuencias negativas derivadas de un mal uso. El riesgo de ciberdependencia se incrementa notablemente entre los usuarios de este tipo de redes, si bien éste es un fenómeno poco estudiado por el momento.
El estudio del ONTSI señala que el 48,6% de las cuentas individuales de redes de perfil personal tienen una actividad diaria y que el 52,2% de los usuarios invierten una hora o más cada día a actualizar su perfil. Los expertos coinciden en señalar que las redes sociales impulsarán el uso de la Administración electrónica por parte de los ciudadanos, y que conforman una plataforma idónea de nuevas oportunidades para emprendedores, profesionales independientes y autores de contenidos.
Respecto a la otra cara de la moneda, los riesgos que supone la eclosión de las redes en nuestra sociedad, ya han surgido los primeros expertos que advierten sobre las consecuencias de un mal uso de los “Social Media”.