La XXI Cumbre Iberoamericana, celebrada en Asunción, Paraguay, cerró con fuertes cruces, todos protagonizados por el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, respaldado por su colega boliviano, Evo Morales.
Vayamos por partes. Correa discutió sobre la libertad de prensa con el presidente mexicano Felipe Calderón. “Me preocuparía mucho que el camino nuestro fuera restringiendo libertades”, lo cuestionó el presidente de México.
“Creo que América latina debe repudiar con todas sus fuerzas las mentiras”, le retrucó Correa, quien dijo que “entre bastidores, todos los presidentes coinciden en el problema que significa la mala prensa”. “Todos sabemos lo que es la prensa, cierta prensa, no hay que generalizar, cierta prensa en América latina. Y por supuesto que necesita una regulación”, opinó Correa. Morales, una vez más, coincidió: “Los medios de comunicación han sido mi peor opositor”.
Antes, el presidente ecuatoriano cruzó a la vicepresidenta del Banco Mundial, Pamela Cox, a quien acusó de frenar un crédito para su país por el cambio de orientación política. Tras pedirle permiso al anfitrión, Fernando Lugo, Correa se retiró de la audiencia. “En un foro iberoamericano por qué tengo que escuchar las cátedras de la vicepresidenta del Banco Mundial, que chantajeó abiertamente a mi país”, lanzó el mandatario. El presidente boliviano Evo Morales lo respaldó.
Correa recordó un episodio de 2007, cuando era ministro de Economía y el representante del Banco Mundial de Ecuador decidió no darle un préstamo de 100 millones de dólares que ya habían aprobado para su país en 2005. “Esta señora me dijo: ‘No le vamos a dar el crédito porque ha cambiado la política’”, recordó Correa.
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