Los proveedores de servicios se preparan para la gran migración al protocolo IPv6

IPv4 es el protocolo de 32 bits vigente desde la creación de Internet hace más de 30 años. Fue el propio Vinton Cerf el que decidió, después de meditarlo un tiempo, que 4.294 millones de direcciones IP servirían para poner a prueba el “experimento” que se traían entre manos. El problema, según ha reconocido el propio Cerf, es que el experimento nunca finalizó y, con los años, se ha convertido en la más importante red de comunicaciones de la historia de la humanidad.

El protocolo adjudica a cada equipo una dirección numérica para poder navegar libremente por la web, algo así como un DNI virtual único e irrepetible. Se calcula que en la actualidad quedan menos del 2% de direcciones IP disponibles, lo que supone que, una alcanzado el límite, no se podrán otorgar licencias de acceso a nuevos usuarios. Para evitar el colapso se creó hace unos años el IPv6, un nuevo protocolo de 128 bits que este año comenzará a reemplazar al anterior. Su principal ventaja es que concede un número casi ilimitado de direcciones IP (alrededor de 340 sextillones). También es más eficiente, más seguro y permite que los datos fluyan más rápido de un extremo a otro del planeta.

Los expertos aseguran que el IPv6 marca un punto de inflexión en el historial de Internet. Los grandes proveedores de servicios llevan meses adaptándose al nuevo protocolo. Muy pocos internautas saben que hoy coexisten ambos protocolos, aunque la transición es lenta. Cerf asegura que una vez agotadas las direcciones con el protocolo IPv4 no se espera ningún colapso ni fallo masivo en Internet, aunque sí podrían experimentar problemas en algunos servicios aquellos equipos que sigan conectados con el viejo protocolo.

Con el objetivo de que la migración no sea más que un mero trámite en España, el Ministerio de Industria anunciaba recientemente que había preparado un plan, que se pondrá en marcha el mes de abril, para facilitar la adaptación a corto plazo de toda la Administración del Estado al nuevo protocolo, además de ofrecer subvenciones y ayudas para pymes. También se nombrará a grandes multinacionales del sector como entidades colaboradoras para optimizar el coste y mejorar la eficiencia de todo el proceso de transición.