Me conecto a Twitter y en la pantalla veo 14 tweets seguidos de un mismo usuario: hace 1 minutos, hace 1 minutos, hace 1 minutos, hace 2 minutos, hace 2 minutos, hace 3 minutos, etc., etc., etc. Mirando los mensajes, algunos creados por el usuario y otros retweets de otros usuarios, veo que en todos hay links a otros contenidos. Y entonces me pregunto si es que ha leído lo que recomienda a sus seguidores o simplemente tiene la necesidad de enviar tres mensajes por minuto a toda hora del día. Es la fiebre de la actividad.
En la página corporativa de Facebook la actividad ocupa el segundo lugar, justo debajo de la cantidad de usuarios, con lo siguientes números: 900 millones de ítems creados por los usuarios, cada uno de ellos sigue a 80 páginas en promedio, publican o comentan más de 2 billones de post y suben 250 millones por día.
La actividad se a convertido en un bien en sí mismo. El criterio es mantenerse en movimiento. Queda en segundo lugar qué se publica. Hay que estar primero en el timeline. Un vistazo rápido a los mensajes publicados en Twitter, en Fabecook e incluso en Likendin vemos a alguien que festeja una deliciosa comida, otro que ha sido etiquetado en un foto mala y un tercero que ha actualizado su perfil :-(
Evidentemente este criterio que pondera la actividad como el factor positivo por excelencia juega en contra de la calidad de los contenidos generados. Todos quieren subirse al tren de la actividad para competir por la atención de los usuarios. La actividad tiene un valor positivo por sí misma.
Sin embargo, estamos llegando a un punto de madurez y cada vez somos más exigentes con nuestros contactos. Queremos evitar la contaminación con mensajes poco relevantes. Las redes sociales y las herramientas 2.0 pueden convertirse en algo realmente útil. Una fuente de información muy valiosa. La clave está en seleccionar bien a nuestras fuentes de información. Es decir, a los amigos con los que vamos a conectarnos. Si su actividad está cargada de contenido interesante para nosotros, entonces estaremos bien informados, entretenidos y al día. Satisfechos.
Tenemos que pulir constantemente la lista de contactos para obtener sólo aquello que realmente nos interesa. Y así la cosa se pone interesante.
Haz la prueba.
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