Putin es un ejemplo dramático de estos hechos. Pretende restaurar la antigua URSS y está logrando exactamente lo contrario. Rusia está cada vez más aislada y se encamina a la ruina. Ucrania se abraza a la Unión Europea. Los griegos decían que los dioses ciegan a lo que quieren perder y estos se precipitan al abismo solos.
Es cierto: el mundo ha entrado en una dinámica sin precedentes. Internet es uno de los ejemplos más elocuentes. El progreso tecnológico está desbocado. La Inteligencia Artificial Generativa nos abre a un futuro arcano. El miedo nos atenaza y genera reacciones adversas, de regreso al pasado.
Los medios de comunicación más importantes, de referencia global, están desbordados y navegan en la niebla, tratando de esquivar la ruina general del sector. Paradójicamente, los que debían advertirnos del peligro del desfase actual parecen atenazados por el más palmario inmovilismo. Solo un ejemplo: el diario más influyente en lengua española, “El País”, está estructurado de idéntica forma que hace 49 años, cuando apareció. No es de extrañar que su valor en bolsa sea una fracción de lo que fue. Les pasa a casi todos, no es exclusivo de ese diario.
Las mismas secciones, los mismos conceptos informativos. Muchos expertos e instituciones coinciden en señalar que la tecnología y su fulgurante cambio es el eje sobre el cual gira el mundo actual, pero apenas se refleja en los medios. Apenas encontramos referencias a los avatares de los gigantes tecnológicos que dominan el globo. Muy poco que de verdad nos oriente en el sentido del cambio. Vamos a ciegas hacia un futuro amenazador.
Editores, directores, periodistas, despertad antes que el futuro nos pase por encima. ¡Reinventemos los medios de comunicación!.