1º) Dibuja en tu mente (imagina) cómo quieres que sea tu vida dentro de un mes
Te hablo de imaginar que la situación actual, por ejemplo, lo que te decía al inicio, de que estabas teniendo una semana muy dura, que no va a continuar así. Cuando imaginas que vas a superar tus problemas y tu vida volverá a la normalidad, lo primero que tienes que admitir es que los cambios no van a darse de la noche a la mañana. Si no contemplas una perspectiva a más largo plazo, no podrás dejar de sentir la presión que sientes hoy en tu cabeza.
Ten en cuenta que la mejor forma de “descomprimir” el presente es planificar el futuro. Y para ello, debes ir “dibujándolo” en tu mente. O sea que la PERSPECTIVA a medio y largo plazo es el antídoto para que te quites el estrés que te está agobiando hoy.
Sé que me vas a decir que estás sobre pasado de problemas en el trabajo, desde una cantidad de correos electrónicos que hubieras querido responder el viernes pasado y estamos a martes y no has respondido aún, hasta el informe que aún está sobre tu escritorio y que requiere una revisión más, porque estás metido/a en un agujero negro que no te deja respirar.
La rutina puede matarte de dos maneras: la primera, porque sientes que no agregas nada interesante a tu vida, que no te hace sentir bien; la segunda, no menos importante, que lo único que quieres es que acabe cada día para que al menos puedas disfrutar un rato cuando dejas tu puesto de trabajo y regreses a casa, lo que implica ir dejándote la vida un poco cada día. No sé cuál de los dos sentimientos te agobian más (a ti), porque te aseguro que yo los he eliminado ambos hace ya bastante tiempo. Aunque no niego que pueda morir de otra cosa (hablando en términos emocionales), pero lo que sí es seguro que no será ni por la rutina ni por la carga de trabajo.
Por tanto, te insto a que avances rápido en tu mente un mes a partir de ahora. Debes imaginarte que en este futuro bastante inmediato vas a estar teniendo una vida más normalizada, lo que te levantará el ánimo (desde ya que el espíritu) y te permitirá disfrutar un poco más de esos pequeños momentos que debes buscarte (que nadie te los regala) y que los desaprovechamos día a día. No sabemos cómo gestionarlos y es tiempo que se nos va de las manos.
Además, como te digo en el título de mi aportación de hoy “La verdadera felicidad nace de dejar ir lo innecesario” que es una frase que pertenece Sharon Salzberg, una de las autoras más vendidas del New York Times y profesora de prácticas de meditación budista en Occidente. En 1974, cofundó la Insight Meditation Society en Barre, Massachusetts. Y no es de extrañar que desde la filosofía de vida oriental se tenga una mejor perspectiva de vida.
2º) Dejar ir lo innecesario
Sharon Salzberg se refiere con esta expresión a que son muchísimas las cosas que gestionamos cada día, tanto las que hacemos como las que decimos. Simultáneamente a la acción de hacer (otras personas de nuestro entorno también hacen) y también de decir (son ellas mismas u otras diferentes las que dicen y también les escuchamos y contestamos), conforman una red de acciones y palabras que en un porcentaje mayoritario son del tipo operativo, no tienen mayor trascendencia que lo que corresponde a esa acción o esa palabra en ese momento. Son cuestiones operativas. Y como tales, todas ellas, cuando nos generan este estado de ánimo negativo porque nos sentimos sobrepasados, podemos desinflar tal situación “dejándolas ir” a todas ellas, tanto las que sean materiales, como las intangibles. Esto es como soltar lastre en un globo aerostático, que por física elemental se elevará (nosotros el espíritu) y si en nuestra mente hemos dibujado la imagen a un mes vista, finalmente hemos logrado acortar camino (encontrar un sendero de salida) de ese laberinto de tensiones, agobio, estrés, velocidad desenfrenada que se nota hasta en cómo nos movemos y comportamos.
También se evidencia en cómo establecemos las relaciones interpersonales con las personas de nuestro entorno que también están desbordadas, etc. En fin, un clima de gran tensión, a veces, incluso, llegando a situaciones de conflicto, no deseados por nadie, más que promovidos por las circunstancias.
3º) Tienes que lograr crear un espacio de calma
No te creas que el entorno más próximo en el que te mueves a diario no es importante. Digamos que es decisivo para tu estado de ánimo. Pero para que te ayudes a ti mismo a “dejar ir lo innecesario” prioriza qué cosas son las que te satisfacen, las que te tranquilizan de verdad, o también, con qué personas quieres compartir ese espacio. Lo único que no quieres que ocurra en esos días agobiantes que estás teniendo, es quedarte sentado en tu puesto de trabajo, con una cantidad de papeles, un desorden organizado (como suele decir cada persona de su escritorio) y con un aspecto triste. Como entregándote o resignándote.
Si esto no lo puedes cambiar en el trabajo porque durante varias semanas será el equipo en el que estás trabajando el que tenga prioridad (o sea, que se le permite disponer de más espacio en la oficina porque es un equipo ad-hoc multifuncional), sí podrás hacerlo en tu casa, creando ese espacio tipo Zen. Es ese lugar muy privado en el que te rodees de todo lo necesario para sentirte bien, para sonreír e ir ganando un poco de felicidad, ya que lo innecesario, en este caso, toda la vorágine que se está produciendo en tu empresa, en particular en tu equipo, no lo puedes modificar, debes asumirlo y, por tanto, la aceptación tiene en ti una contrapartida que es la felicidad que te gestionas desde tu espacio privado de bienestar. Porque también podrás decirte a ti mismo, que en esa imagen a 30 días vista que te imaginabas cómo iba a ser tu vida después de salir del agobio de estos días, ya la estás teniendo disponible cada día cuando al fin regresas a casa. Y en vez de quejarte, de renegar, de transmitir malestar y tensiones, así como pensamientos negativos a los tuyos, todo lo que te pesa se descomprime por el solo hecho de encontrar tu propia creación de estado de ánimo y bienestar. Un sentimiento de paz, que no significa silencio, porque puedes ponerte los cascos y escuchar música de la que te guste un poco fuerte, o rodearte de ese caos necesario e íntimo que tienes en su entorno personal.
Si creas un espacio de paz a tu alrededor, podrás respirar profundamente y relajarte más fácilmente. Y a pesar de que sientas que no tienes tiempo, dedícale unos minutos a guardar y/o poder ordenar las cosas y crear un entorno tranquilo, a pesar del ruido familiar (música, niños, vecinos, etc.).
4º) Erradica las conversaciones negativas y evita discusiones estériles
Compartirás conmigo que es casi imposible evitar que las personas negativas (que las hay) estén en nuestro entorno de trabajo. Lo que sí debes hacer es aislarte inteligentemente de ellas. Mantenerte al margen de conversaciones negativas, lo cual la llave la tienes tú mismo (cambia inmediatamente la conversación a algo agradable y positivo), introduciendo, aunque no sea el momento, una cuestión en la que estás seguro todo el mundo coincidirá, por ejemplo, qué bien estuvo la participación española en el Festival de Eurovisión, por citar una salida airosa. Si dejas que la conversación negativa prosiga y tú en ella, te estará consumiendo tu energía vital, te hará sentir como esa persona cansada y sin ganas en la que no quieres reflejarte.
5º) Debes aceptar la imperfección
Decirte a ti hoy en medio de lo mal que lo estás atravesando estos días, que siempre debes mantenerte en ese nivel de perfección (eficacia personal) al que estás acostumbrado, quizás sea el momento equivocado para insistir en que cada cosa que digas o hagas tiene que ser perfecta. Porque, justamente, por aquello del ánimo y cierta desmotivación, te hundirá más aún. Por tanto, debes aceptar la imperfección, que es parte de la vida, aunque no se vea así en el trabajo, pero tampoco “arderá Troya” porque algunas cosas no hayan salido perfectas. Debes aceptar que algunas cosas no se lograrán de la manera que te gustaría que fueran.
Acuérdate de “dejar ir lo innecesario”, que te aseguro pasa por lo material, y también como habrás visto por lo que te he explicado, por ese gran intangible humano que es la mente, la cual, si logras en parte crear esa imagen a 30 días vista de mejora en tu bienestar, junto también a ese espacio privado sagrado que todos necesitamos y que te da libertad y calma, todas las acciones y palabras podrán seguir el mismo camino: las innecesarias se irán y las necesarias las guardarás. ¡Elevarás tu espíritu, tu bienestar y tu felicidad! Y si te puede parecer que no es mucho, te aseguro que con el paso del tiempo agradecerás haber alcanzado, aunque sea una felicidad razonable, un punto medio en tu vida que te satisfaga, que neutralice cualquier atisbo de desánimo y agotamiento. Solo te habrás esforzado en hacer las cosas bien como siempre haces, dejando ir lo innecesario.