Hace unas horas, casi de pasada en un telediario al que no le estaba prestando mucha atención, de repente, vi unas imágenes de unos robots de aspecto humano que impresionaban, porque sonreían, fruncían el ceño, o simplemente esbozaban una sonrisa de manera muy sutil, en fin, metía miedo en el cuerpo el grado de evolución al que estamos siendo sometidos. También escuchaba el pasado fin de semana en una tertulia radiofónica que en diez años más vamos a ser los humanos una especie de híbridos, un poco como lo que he visto anoche. O sea, auténticos humanoides que van a ir perfeccionándose. Pero ¿cuál es la diferencia entre nosotros los humanos y estos humanoides?
Sabemos que los robots humanoides tienen un ámbito de aplicación muy restringido, básicamente se están utilizando como herramientas de investigación en varias áreas científicas. O sea, si bien sabemos que hay robots en líneas de montaje y es el imparable avance de la disrupción tecnológica que nos empuja a todos (organizaciones, personas y países), fuera de las empresas y en lugares más circunscriptos hacia la investigación, sí que están proliferando estos humanoides. No quiero pensar lo que se está cociendo cada día en los laboratorios más avanzados del mundo en esta materia.
Pero ¿cuál es su finalidad más inmediata?
Sabemos que los ingenieros y científicos de diversas ramas del conocimiento, están estudiando la estructura y el comportamiento del cuerpo humano (biomecánica) para construir esos robots humanoides. Y esto es de vital importancia, ya que el intento de simular el cuerpo humano conduce a una mejor comprensión del mismo.
Ahora bien, pasemos al ámbito clave que es el cerebro en donde está nuestra diferenciación sobre el resto de las especies: o sea, la consciencia. La cognición humana es un campo de estudio que se centra en cómo los humanos aprenden de la información sensorial para adquirir habilidades perceptivas y motoras. O sea, una puerta abierta a que estos humanoides pasen a ser de mera preocupación por si pueden reemplazarnos (no lo creo) para convertirse en una mejora en nuestras conductas en nuestra condición humana, porque previamente se está ensayando y tratando de mejorar cosas, que pueden ser de utilidad, por ejemplo, para un discapacitado, o para el tratamiento de enfermedades.
De toda la variedad de trabajos y posibilidades que nos brindan los humanoides, los ingenieros y expertos en robótica están utilizando todo esta experiencia aplicada y el desarrollo de nuevos conocimientos que a diario van incorporando por el propio avance científico, para desarrollar modelos computacionales del comportamiento humano y ha ido mejorando con el tiempo. Sin duda estos avances van a facilitar en un futuro mucho más próximo del que se pueda suponer, una mejora sustancial para los seres humanos (o sea nosotros…no nos olvidemos de seguir definiéndonos así).
Las investigaciones nos sugieren que el imparable avance en la robótica facilitará el diseño y fabricación de prótesis para seres humanos, por ejemplo, prótesis de pierna con motor para personas con discapacidad neuromuscular. También se estudia su aplicación en prótesis de tobillo y pie, prótesis de pierna biológicamente realistas y prótesis de antebrazo. Además de la investigación, se están desarrollando robots humanoides para realizar tareas humanas como la asistencia personal, y no menos importante, para asistir y ayudar a enfermos, personas dependientes y especialmente para los trabajos peligrosos o aquellas tareas que nadie quiere realizar porque se consideran trabajos sucios.