Facebook se está adelantando. Acaba de comprar una startup de "interfaz cerebro-máquina", CTRL-Labs, por una cantidad entre 500 y 1.000 millones de dólares. La compañía adquirida utiliza una combinación de aprendizaje automático y neurociencia para permitir a los usuarios manipular las interfaces de los ordenadores directamente desde la capacidad intelectual. Traduce los impulsos neuronales del usuario en señales digitales. Algo ya cercano a leer la mente. Una señal más de que nos dirigimos a un mundo sin pantallas, algo impensable hace unos pocos años. Ahora se espera que estos nuevos dispositivos estén en un millón de personas en tres o cuatro años.
Facebook ya publicó hace unos meses un informe sobre sus progresos hacia la comunicación sin palabras. Están trabajando en unos dispositivos portátiles que permitan a las personas escribir simplemente imaginando lo que quieren decir. Anteriormente, Facebook se asoció con Luxottica para sacar al mercado sus gafas de Realidad Aumentada denominadas "Orion", que están diseñadas para reemplazar a los móviles inteligentes. En la industria hay una gran efervescencia en torno a nuevas gafas de Realidad Aumentada, Realidad Extendida o Mixta. Hay mucha expectación por las gafas que está preparando Apple, que se podrían presentar en el primer semestre del año entrante. Amazon también tiene algo que decir al respecto, tanto que se especula con que Bezos está considerando la posibilidad de comprar nada menos que IBM, que posee la plataforma de Inteligencia Artificial más avanzada, algo vital para Amazon.
Muchos otros están trabajando en áreas relacionadas. Por ejemplo, el Future Reality Lab de la Universidad de Nueva York, está desarrollando una serie de nuevas tecnologías en las fronteras de la Realidad Virtual, Aumentada y Mixta. La información, los mundos y objetos visuales, ya no estarán en nuestros móviles y ordenadores, sino que aparecerán frente a nosotros como hologramas en el mundo real, traídos a través de una nueva clase de dispositivos portátiles, incluso implantados. La forma en que nos conectamos y se transmite la información cambiará la vida cotidiana y eso no será en un futuro hipotético y lejano, sino que ya está llamando a nuestras puertas. Y los editores, ahora tan zarandeados por una superestructura llamada Internet harán bien es tener el oído atento a estos cambios. Empezando por informar de manera sistemática, con profundidad explicativa, del cambio que se nos viene encima. Resulta llamativo que esta sea aún una asignatura pendiente para la inmensa mayoría de las publicaciones e informativos generalistas.