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No hay ordenadores en la escuela española porque los docentes no saben integrarlos en sus programas

Bart van Ark, vicepresidente de The Conference Board

Presentación del estudio Un Mundo Conectado

Las TIC deben cambiar la forma de enseñar, la sanidad y a la sociedad

Susana Blázquez | Martes 02 de septiembre de 2014

Las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) suponen la mayor revolución tecnológica de la humanidad, pero no se aprovecharán todas sus ventajas hasta que no se incorporen a la escuela, cambiando su modelo organizativo. La educación, el factor humano y una política adecuada son imprescindibles para recibir los beneficios de las TIC en las próximas décadas. Los gobiernos deben decidir hacia donde nos debe llevar la próxima onda de tecnología e innovación para que las TIC se mantengan como el motor de la economía. Lo ha contado Bart van Ark, vicepresidente de The Conference Board, que ha plasmado los resultados de 20 Investigadores de diez instituciones en “Un mundo conectado”, libro editado por Fundación Telefónica, que también ha financiado el proyecto.

 



Han sido necesarios casi dos años de investigación para medir de forma cualitativa el impacto de las TIC en la economía, la sociedad y la cultura. Su impacto en la economía si está descrito, pero no el realizado en la sociedad y la cultura. Estamos a la mitad de su ciclo de vida, y los smartphones conectados a banda ancha abrirán las puertas de un nuevo mundo.

Las TIC son imprescindibles para devolver la economía a la senda del crecimiento, pero no es suficiente con que las utilicen las empresas. Los 20 investigadores de este proyecto han resaltado la importancia de la sociedad y de la cultura para conseguir el éxito de cada tecnología. Bart van Ark lo resume:

- Las TIC empezaron a salir al mercado tras la segunda guerra mundial, pero su impacto en la economía se ha sentido hace unos 20 años, y durará 20 más. El móvil y su conexión por banda ancha serán el siguiente impacto.

- El impacto social  y sobre la educación de las TIC es más lento y difuso. Ni se han medido muchos de los beneficios de la conexión de la sociedad, ni se ha producido la revolución de su impacto en la educación, la salud, el gobierno y muchos sectores del mercado. Es imprescindible una política que aumente la competitividad con las TIC para ver sus beneficios. Los países con mejores políticas de promoción de las TIC obtienen los mejores resultados en la economía y la sociedad.

- La demanda social de las TIC son un motor importante en su crecimiento. El gasto del  consumidor en TIC ha seguido un importante ritmo a pesar de la recesión de 2008 y 2009.

- La distribución de las ganancias es fundamental para aumentar la inversión y dar el próximo paso tecnológico.

- El crecimiento del gasto de las economías emergentes ha ido más rápido que el de los países desarrollados desde principios de los años noventa. La telefonía móvil tiene aplicaciones más inmediatas en ellos. Más de la mitad de las inversiones en telecomunicaciones se realizan ya en estos países.

- Se pone mucho énfasis en la oferta de las TIC, pero hay que estudiar la demanda y lo que representan para la sociedad. El individuo las adopta y las modifica, incentivándolas, y empujándolas a dar un paso más porque la tecnología depende de las aplicaciones de los usuarios. Las estrategias deben promoverlas en la etapa del crecimiento siguiente.

- Las TIC apoyan la creación de puestos de trabajo y reducen la necesidad de concentración del negocio en un lugar geográfico, sobre todo en servicios y en manufactura independiente del consumo local. Las profesiones se pueden ejercer a larga distancia, manteniendo agrupaciones de personas muy formadas que deben vivir cerca para reunirse.

- Los estudiantes han adoptado las TIC en sus casas. El problema está en la oferta de docentes con habilidades para usarlas en sus programas. Estados Unidos ha invertido mucho en preparar a sus docentes en TIC. En la sanidad sucede lo mismo.