Joseph Pulitzer (1847-1911), a quien a estas alturas y en este portal no creemos necesario presentar, dijo en una ocasión que "una prensa cínica, mercenaria y demagógica producirá un pueblo cínico, mercenario y demagógico". La clase política española parece haber asumido esta frase como propia, hasta el punto de que es realmente complicado encontrar un solo medio en este país que, de una forma u otra, no esté plegado a algún tipo de interés político. Incluso lo más dignos y transparentes tienen su agenda y cojean en más de una ocasión. Lo bueno es que al menos lo hacen a la vista de todos. Por consolarse que no sea.
Si centramos la vista en la misma Cataluña que copa día sí y día también portadas y titulares, observamos que su relación con los medios es ciertamente peculiar, pero para nada alejada de los deseos de cualquier político de escasa catadura moral que se precie y de aún más escasas propuestas reales para la ciudadanía. Según el nada sospechoso estudio 'El finançament públic dels mitjans de comunicació a Catalunya', elaborado por la Universidad Autónoma de Barcelona, las administraciones públicas catalanas destinaron 36 millones de euros en 2017 a medios de comunicación de todo signo, la misma cifra que en 2016.
La mayor parte de ese dinero (30 millones de euros) fue publicidad institucional, algo en absoluto reprochable porque implica explicar a la ciudadanía políticas, acciones o servicios que se están prestando. Pero a estas alturas tampoco se puede obviar que la publicidad institucional es una herramienta política en sí misma. No se nos olvide que el Ayuntamiento de Madrid, de Ahora Madrid (una marca blanca de Podemos, en su día), destinó en 2017 más dinero a 'Público' o a 'CTXT' que a 'El Confidencial' o 'El Español', pese a que los primeros tuvieron menos tráfico que los segundos. Incluso 'eldiario.es' recibió menos dinero. Tal vez sea porque para la publicidad institucional el tema de la audiencia o la relevancia quedan en un segundo plano. O que se miden las audiencias según otros criterios, tanto da.
Pero volvamos a Cataluña. De los 30 millones en publicidad institucional, 21,9 millones salieron de la Generalitat, según el citado estudio, cifras que en cierto modo encajan con las oficiales del Gobierno autonómico si se tienen en cuenta únicamente las cantidades destinadas a medios impresos, radio y medios digitales.
Ese mismo 2017, como curiosidad, la Comunidad de Madrid destinó 4,9 millones de euros a publicidad institucional en general. Los casi 22 millones de la Generalitat están bastante por encima de los 15,2 millones de euros que en 2010 destinó el gobierno regional de Esperanza Aguirre a publicidad institucional. Un apunte comparativo sin importancia.
Del total del dinero catalán del que hablamos, otros 7,6 millones eran de los ayuntamientos. Solo el Ayuntamiento de Barcelona, según su Portal de Transparencia, destinó en 2017 casi 10 millones de euros a publicidad institucional, de los cuales 3,1 millones fueron a parar a prensa diaria. El reparto fue peculiar.
Ese mismo año, el Ayuntamiento de Madrid destinó 4,9 millones a publicidad institucional en general, la misma cifra que la Comunidad, pero donde también se incluyen partidas como los 700.000 euros que invirtió en publicidad en Facebook.
Otros 1,1 millones en publicidad institucional catalana partieron de las diputaciones.
Un apunte más: según destaca 'Dircomfidencial', los medios catalanes recibieron en 2017 otros 4,2 millones de euros en subvenciones directas otorgadas por la Generalitat.
Vistas las cantidades generales, que ya de por sí dicen bastante, es hora de entrar con el desglose. Que dice mucho más. Por ejemplo, que de los 36 millones de euros totales, siete medios se llevaron 25 millones. Una desigualdad de trato en la que destacan los 5,4 millones que recibió en 2017 'La Vanguardia', los 5,3 millones de 'El Periódico' o los 4,9 millones de 'El Punt Avui'. Este último, por cierto, recibió más dinero de las administraciones catalanas, hasta el punto de que casi un tercio de sus ingresos procede de dinero público. Otro apunte sin importancia: la mujer de Carles Puigdemont, la periodista Marcela Topor, dirige el diario 'Catalonia Today', editado en inglés para la comunidad angloparlante residente en Cataluña. 'Catalonia Today' pertenece al mismo grupo de comunicación que está detrás de 'El Punt Avui', Hermes Comunicacions. El propio Puigdemont, también periodista de formación, trabajó durante algún tiempo en el diario 'El Punt', que en 2011 se fusionó con 'Avui' para formar la actual cabecera. Nada de esto tiene que ver con el hecho de que 'El Punt Avui' publicase totalmente gratis, y por "razones sociales", los anuncios sobre el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. El diario también publicó gratis una campaña de la Fundación Pasqual Maragall sobre el Alzheimer, algo que el director del diario, Xabier Xirgu, se encargó de explicar en el Tribunal Supremo durante su comparecencia como testigo en el juicio del procés.
Más curioso es todavía el caso de la emisora de radio 'Flaix FM', que vamos a analizar como un inciso antes de continuar con la lista en orden de inversión recibida. En 2017 se llevó unos 880.000 euros en publicidad institucional, según el estudio de la citada universidad. Según 'Dircomfidencial', la cantidad supuso el 113 % de sus ingresos, cifrados ese año en 780.000 euros. El apunte sin importancia en este caso es que esta emisora musical fue fundada por Miquel Calçada, quien fuera en 2015 candidato en las elecciones al Parlamento de Cataluña por Junts pel Sí, la coalición de partidos nacionalistas e independentistas que llevó a Carles Puigdemont primero al Palau de la Generalitat y después a Waterloo (Bélgica).
Hay muchos otros medios para los que la publicidad institucional de las administraciones catalanas es su principal vía de sustento. Ahí están el digital 'La República.cat', para el que el 65 % de sus ingresos procede de dinero público (no ocultan en su web contar con financiación del Departamento de la Presidencia de la Generalitat -también del Gobierno valenciano-), o 'Nació Digital', quien obtiene el 60 % de sus ingresos de las administraciones; este último tampoco oculta a algunos de sus patrocinadores públicos.
Tras el inciso, volvemos a las cifras que comentábamos. Por detrás de 'La Vanguardia' y 'El Periódico' están TV3, que se llevó 3,5 millones de euros, el diario 'Ara.cat' (2,8 millones, el 19 % de sus ingresos), la radio RAC1 (2 millones de euros) y el canal privado -del Grupo Godó- '8TV' (1 millón de euros). El caso de TV3 es especialmente significativo, dado que en 2017 la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, que engloba las distintas televisiones y radios públicas de Cataluña, tuvo un presupuesto de 307 millones de euros. La cifra, que convierte a la televisión autonómica catalana en la más cara de España, casi duplica a la de la segunda Corporación de la lista, la andaluza (164 millones). No es la única similitud entre Cataluña y Andalucía: según el magistral 'Mapa de los cibermedios de España en 2018: análisis cuantitativo', de tres profesores de la Universidad de Navarra, en Cataluña hay 191 medios digitales que cuentan con algún tipo de patrocinio público; en Andalucía, el segundo de la lista, son 76. Un segundo doble.
En Madrid son 45 medios digitales.
Un último apunte antes de terminar: en 2017, la Administración Central del Estado destinó algo más de 27,5 millones de euros a publicidad institucional.