Se llama Ami One Concept, mide 2,5 metros de longitud y es totalmente eléctrico, con un tiempo total de recarga de apenas dos horas. Es la nueva apuesta de movilidad urbana de Citroën, presentada en el Salón de Ginebra 2019.
El Ami One Concept es un pequeño vehículo de aspecto futurista que podrá ser utilizado por mayores de 16 años aunque no tengan carné de conducir. Es la primera característica revolucionara de este vehículo, pero no la única: tampoco estará a la venta. La idea es que el Ami One Concept funcione más bien bajo el concepto del carsharing, una fiebre que inunda las principales ciudades del planeta y que permite disponer de un vehículo cuando se necesite sin tener que poseerlo en propiedad.
Para utilizar el Ami One Concept basta con darse de alta en mostradores de información que Citroën repartirá por las ciudades en las que estará disponible el servicio. Después, los usuarios tendrán que descargar una app que se convertirá en el epicentro del invento: desde allí podrán reservar el vehículo, desbloquearlo e incluso interactuar con él una vez estén al volante.
El Ami One Concept se puede reservar por un mínimo de cinco minutos y hasta horas, días, meses o incluso años. Citroën ofrecerá diferentes sistemas de alquiler, con distintos precios, para que cada persona pueda configurar su propio periodo de uso.
Ya en el vehículo, que se desbloquea escaneando con el móvil un código QR impreso en las puertas, los usuarios podrán colocar su smartphone en un soporte especial para ampliar su experiencia al volante, pues el teléfono se convertirá en la pantalla informativa (nivel de carga o sistema de entretenimiento a bordo, por ejemplo). Pero también es la puerta de entrada a la interacción con el Ami One Concept, que incorpora un asistente virtual activado por voz.
El Ami One Concept es el primero de la previsible hornada de vehículos urbanos eléctricos enfocados al carsharing. Hasta ahora, la mayoría de los fabricantes que se han adentrado en esta forma de movilidad lo han hecho con modelos que también venden al público, y no con vehículos especialmente diseñados para ello. Pero el sector automovilístico se encamina a su concepción como servicio, no como producto. De ahí que las marcas planteen nuevos modelos, más sencillos, para cubrir esta creciente necesidad.