“Smart cities: hacia una ciudad inteligente” ha sido el tema tratado en la primera mesa redonda de la última jornada del IV Foro TIC y Sostenibilidad que se está celebrando en Sevilla bajo la organización de AMETIC y la Junta de Andalucía. La introducción de las TICs en los núcleos urbanos supondrá un cambio en el concepto de ciudad tal y como lo conocemos.
Jorge Marín, director de Administraciones Públicas de Indra, ha asegurado que el proyecto sólo saldrá adelante si la interacción con el ciudadano es total y si la Administración se pone a la cabeza del cambio estructural. Las smart cities deberán contar con una infraestructura inteligente, en la que el cruce de información será vital en su desarrollo.
Indra ha apostado por la sensorización de la ciudad, que permitirá llevar a cabo proyectos no sólo tecnológicos, como la señalización del tráfico inteligente, sino sociales, como la telemedicina, la teleasistencia y la teleseguridad. Algunas ciudades españolas, como Barcelona y Zaragoza, ya se están beneficiando de los sistemas inteligentes en la gestión de recogida de basuras.
Por su parte, Beatriz Lara, directora de Innovación de BBVA, ha definido el concepto de sensible cities, ciudades que se nutren de la sociedad de la información y donde toda actividad deja un rastro digital que debe ser utilizado por las empresas y la Administración para optimizar nuestra vida cotidiana, porque “el dato debe convertirse en un valor y un activo por el que la gente quiera pagar”.
Este criterio ha sido compartido por María Pérez Medel, responsable de Promoción de Eficiencia Energética de Gas Natural Fenosa, quien ha afirmado que “el valor de la información es que nos permitirá cuantificar cómo afectan las TICs a nuestra ciudad”. Gas Natural Fenosa ha puesto en marcha el proyecto piloto “Three Houses”, en el que varias casas de protección oficial han sido equipadas con TICs de última generación. Se pretende así conocer el impacto de las nuevas tecnologías en el ámbito del hogar.
Gas Natural Fenosa ha adelantado que ya tiene preparados los smart meters o telemedidores energéticos, que en 2018 deberán estar instalados obligatoriamente en todos los hogares españoles y un software que permitirá al usuario conocer al instante su consumo y ejercer un control real sobre él.