Cuando Vinoth Chandar tuvo a su hija, a la que llamaron 'Chu Chu', aportó su granito de arena a una escena habitual en cualquier lugar en el que haya niños: se les entrega un móvil o una tableta y se deja que sea YouTube quien se encargue del resto. Un estudio del Centro Médico Einstein, ubicado en Filadelfia (Estados Unidos), reveló que el 97 % de los niños menores de dos años utilizan dispositivos móviles. Al cumplir los cuatro años, el 75 % tiene su propio dispositivo. El estudio se hizo en 2015.
YouTube es la gran guardería global. Si un niño llora, ahí está la plataforma de Google para calmarlo. Si no quiere comer, un vídeo lo soluciona. Si se requiere una dosis de calma y silencio en un lugar público, solo las canciones o voces de los vídeos interrumpirán la tranquilidad, pero nunca los berridos o el sonido que producen los pasos al correr.
Vinoth Chandar estaba predestinado a ser un padre más en su relación con YouTube. Pero era un prosumidor, alguien que además de consumir vídeos, los creaba. Así que creó uno para su hija: utilizando Flash, ese programa progresivamente desterrado del catálogo de utilidades que dieron forma al primigenio Internet, dibujó un personaje animado que cantaba una canción popular de India. A Chu Chu le encantó, y Chandar simplemente pensó que su hija no sería muy diferente al resto de niños, por lo que abrió un canal en YouTube, 'ChuChu TV', y subió el vídeo. En pocas semanas acumulaba 300.000 visitas, por lo que creó un segundo vídeo. Con los dos logró 5.000 suscriptores es poco tiempo, allá por 2013. YouTube contactó con él y le explicó que tenía algo grande entre manos. Chandar no se lo pensó dos veces: se juntó con tres amigos y decidieron fundar su propia compañía de entretenimiento infantil enfocada a YouTube. Cosas del siglo XXI.
Hoy, cinco años después, 'ChuChu TV' supera las 19.000 millones de reproducciones, tiene canales en varios idiomas y se ha convertido en un pequeño gigante de la animación con 200 empleados en Chennai, al sur de la India, y un objetivo en mente: "Queremos ser el próximo Disney".
Puede que apuntar a Disney parezca exagerado, sobre todo porque hablamos de la mayor compañía de entretenimiento del planeta, con tentáculos que se extienden por decenas de realidades (películas, canales de televisión, jugueterías, parques de atracciones, cruceros...). Pero el terreno de juego de 'ChuChu TV' no es ninguno de esos: lo suyo es Internet, y concretamente YouTube. Ahí es difícil que alguien le pase por encima: el canal principal de 'ChuChu TV' supera los 21 millones de suscriptores, frente a los 3,3 millones de Disney. Ambas compañías tienen varios canales en la plataforma. Por ejemplo, 'ChuChu TV' supera los 4 millones de suscriptores en español; Disney apenas sube de 600.000 en su canal específico para España.
A Nickelodeon no le va mucho mejor: su canal principal supera los 4,9 millones de suscriptores. Su canal en español está cerca de los 1,2 millones. Incluso el canal en inglés de 'Barrio Sésamo' supera ligeramente los 4,5 millones de suscriptores. Y aunque se pueda pensar que las cifras de 'ChuChu TV' tienen que ver con la proporcionalidad que implica hablar de un país con 1.300 millones de habitantes, lo cierto es que sus vídeos se enfocan a una audiencia internacional, aunque con un marcado estilo cultural indio que progresivamente está perdiendo. El canal arrasa, además de en India, en Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y México. También en Asia y África. Tiene 20 millones de visitas diarias y suma 40.000 nuevos suscriptores cada 24 horas.
Sus vídeos supera los 50.000 millones de reproducciones, una mina de oro para anunciantes porque el 70% de los espectadores son menores de 25 años.
Leer más en media-tics.com'ChuChu TV' es un producto de laboratorio en todos los sentidos, incluyendo el prueba-error. Detrás no hay pedagogos, pediatras o especialistas en público infantil, sino diseñadores, compositores de canciones y, sobre todo, personas encargadas de analizar al detalle la audiencia de cada vídeo. Las métricas de YouTube permiten conocer qué momentos del vídeo tienen más o menos picos de audiencia, datos que utilizan los responsables del canal a la hora de diseñar nuevos vídeos, donde no hay excesiva calidad técnica, pero sí un depurado estilo infantil: muchos colores, movimientos rápidos y constantes, y mucha música. Casi siempre, canciones infantiles adaptadas, en ocasiones con componentes educativos, aunque su objetivo nunca fue formar, sino entretener. La responsabilidad de acumular ojos infantiles ha llevado a la compañía a buscar el equilibrio entre la formación (enseñan los números, inglés o valores cívicos) con los números de música y baile.
'ChuChu TV' pertenece a una nueva generación de marcas de entretenimiento infantil nacidas en y para YouTube. Entre ellas están 'Little Baby Bum' (británica, 17 millones de suscriptores), 'Billion Surprise Toys' (dubaití, casi 20 millones de suscriptores), 'LooLoo Kids' (rumana, casi 13 millones de suscriptores) o 'TuTiTu TV' (israelí, 3,5 millones de suscriptores). Casi todas siguen los mismos patrones: música y dibujos animados en movimiento, con cierto componente educativo camuflado en el entretenimiento. Algo similar a lo que llevan años haciendo televisiones infantiles de todo el mundo, desde 'Cartoon Network' hasta 'Baby First', pasando por 'Nickelodeon' y 'Disney Channel'. La diferencia radica en que el sistema tradicional reúne a directivos en un despacho, donde cocinan las modas del momento para emitirlas posteriormente y esperar los beneficios. 'ChuChu TV' y la nueva generación de marcas de entretenimiento infantil están en constante y directo contacto con los padres, que aportan sugerencias como la de mostrar diferentes tonalidades de la piel en los vídeos, comentarios a los que casi siempre se hace caso porque aunque sea el niño quien vea los vídeos, al final son los padres quienes deciden cuándo es buen momento para que YouTube cumpla con su papel de canguro.